Con la presentación de la ópera Cavalleria Rusticana, en concierto, a cargo de la Orquesta Sinfónica Nacional dirigida por José Antonio Molina, la participación del Coro Nacional, el Coro del Poder Judicial, y distinguidos solistas internacionales y nacionales, el Teatro Nacional celebró su 38 aniversario. Después de siete años sin presentarse una ópera en nuestro gran teatro, la ópera ha vuelto y esperamos de nuevo se haga costumbre.
La hermosísima obra de Pietro Mascagni, es una de las óperas más populares, en nuestro país ha sido posiblemente la más representada, aunque en décadas anteriores. Pertenece a las llamadas óperas veristas, su autor convierte un breve relato trágico de la vida sencilla de una aldea siciliana, en un melodrama vivido y conmovedor con fuertes situaciones dramáticas, en completa armonía con la hermosa música ardiente y llena de apasionada intensidad.
La ópera como género esta considerado como el espectáculo más totalizante y más grandioso, tanto por su argumentación, la belleza musical, la demandante riqueza vocal de las voces protagonistas, el dinamismo coral y el deslumbrante ambiente escenografía- en que se desarrolla. Esta presentación de Cavalleria Rusticana, al ser a manera de concierto pierde la espectacularidad. Pero José Antonio Molina, ha querido hacer ópera, y lo ha hecho con las posibilidades que tenía a su alcance, aunque justamente esta ópera en un solo acto, es de las de menor demanda en complejidad escenográfica, también pudo acogerse a la escena minimalista utilizada cada vez más en los grandes teatros para abaratar costos.
Pero ópera es sobre todo música y canto, y esto pudimos disfrutarlo plenamente.
El preludio orquestal es premonitorio de las tempestuosas pasiones que presenta la trama. La marcha la interrumpe la voz de Turiddu, que tras bastidores canta una canción siciliana, una serenata de amor, que refleja su ansia de amor. La voz del tenor Eduardo Villa se deja escuchar tierna, rica en matices y precisos agudos. Terminado el preludio se escuchan las campanas de regocijo, la aldea celebra la Pascua de Resurrección. El coro a manera de pueblo se deja escuchar.
La alegría de la fiesta, no invade a Santuzza amante de Turiddu- que encierra en su pecho celos, duda, y busca refugio en Mamá Lucia. La soprano Cynthia Lawrence Santuzza- con excelente tesitura de soprano, suma además histrionismo a su actuación; por otra parte Glenmer Pérez mamá Lucía- nos asombra con su bien timbrada voz de contralto, el dúo resulta convincente.
La entrada de Alfio, desenvuelto, con gran personalidad escénica, deja escuchar su gran voz de barítono. A lo lejos se escucha la voz de Lola, esposa de Alfio- entonando la canción de la flor de gladiolo con la que revela su carácter voluble y coqueto, este papel unido a su incuestionable riqueza vocal le viene muy bien a nuestra mezzosoprano, Pura Tyson.
La parte más famosa es el bellísimo Intermezzo melodioso y relajante, momento de descanso a la tensión dramática que envuelve la ópera, donde la orquesta se crece hasta sus últimas notas, finas y delicadas, provocando un instante de ensoñación.
Hay momentos verdaderamente atractivos por su belleza melódica, el brindis Viva el vino spumeggiante a cargo del tenor, llegando al climax con el Addio alla madre. Alfio y Turiddu se baten por el amor de Lola, se escucha un murmullo de tragedia, eco de voces distantes y confusas, un grito terrible irrumpe, sacude a todos, cierra la página de esta tragedia rural.
José Antonio Molina. Con su magia direccional totaliza la escena, la orquesta dio muestras de cohesión y afinamiento, el coro en cada intervención respondió preciso. La acción en proscenio obviamente limitada, pudo dar sin embargo continuidad a la trama. Hay que retomar la ópera con toda su grandiosidad, para hacerla más atractiva a las nuevas generaciones. En hora buena a Niní Cáffaro y a José Antonio Molina, por este loable esfuerzo.
Presentaciones RD
Primera vez
El día 1 de agosto de 1956, se presentó Cavallería Rusticana, primera ópera televisada en el país, con un elenco totalmente dominicano. Intérpretes: Violeta Stephen soprano- Napoleón Dihmes tenor- Tony Curiel barítono-. Coro y Orquesta de la Voz Dominicana, dirección musical: Vito Castorina y José Dolores Cerón, producción René Contín Aybar. Dirección técnica: Freddy Miller.
Segunda vez
Durante los días 25, 26, 27 y 28 de abril de 1963, fue presentada en el auditorio de Bellas Artes. Elenco: Dogmar White soprano- Ivonne Haza mezzo- Criolla Hidalgo contralto-, Rafael Sánchez Cestero tenor- Fausto Cepeda barítono-. Director Coro Nacional, Luis Frías Sandoval. Dirección musical, Vito Castorina, co-director Enriquillo Cerón. Director escena: Rafael Gil.
Tercera vez
En abril de 1966, se presenta en Radio Televisión Dominicana. Elenco: Ivonne Haza soprano- Rafael Sánchez Cestero tenor- Fausto Cepeda barítono, Olga Azar soprano- y Oliva Helbert mezzo-. Director musical, Manuel Simó. Director Coro Nacional: Luis Frías Sandoval.
Cuarta vez
El 27 y 28 de mayo de 1989, se presenta Cavalleria Rusticana, en homenaje a Rafael Sánchez Cestero, en el auditorio de Bellas Artes. Elenco: Ivonne Haza soprano- Juan Cuevas/Henry Ely tenores- Fausto Cepeda barítono- Criolla Hidalgo contralto-. Coro: Marianela Sánchez. Dirección musical: Enriquillo Cerón.