¿Cavan los partidos sus propias tumbas?

¿Cavan los partidos sus propias tumbas?

Teófilo Quico Tabar

Algunas personas han expresado opiniones en el sentido de que lo que pudo haber ocurrido con la percepción de desconfianza en los partidos, expresada por las mayorías en la encuesta Gallup-Hoy, no sea necesariamente en función de las organizaciones, sino, de sus dirigentes o representantes.
Pero sea por una razón u otra, resulta preocupante que una parte tan importante de la sociedad perciba desconfianza en las organizaciones que sirven de canal o vía, para que sus dirigentes puedan ocupar cargos en el Congreso, los ayuntamientos o el Gobierno.
No en vano he venido advirtiendo, desde hace mucho tiempo, la necesidad de que los políticos y los partidos pongan en práctica acciones y metodologías tendentes a la diferenciación. Independientemente de que las ideologías hayan sido tiradas por la borda, las consideren pertenecientes al pasado, o las entiendan como reminiscencias de algunas mentes que se resisten a los cambios de tiempos y estilos.
He reiterado que las organizaciones políticas tienen que poner vallas para evitar los saltos de un lado a otro, y crear cedazos conductuales para separar los desperdicios. Que formen su gente. Que se diferencien, si no ideológicamente, por lo menos en función de propuestas y conductas, públicas y privadas. Pero lamentablemente se ha impuesto la política de barrer hacia dentro. No importa a quién.
He advertido además, que constituye un error, que se hará sentir a mediano plazo, creer que solo hay dos caminos. Que, o se es gobiernista, o se es opositor. Y que en virtud de ello, todo el que no esté en el gobierno, cabe en cualquiera de las organizaciones opositoras. Como si la etiqueta de oposición fuera válida para que cualquiera pueda estar en uno u otro partido.
Porque si no hay diferenciación, como ocurre en cualquier otra actividad humana, sin darse cuenta, los políticos empujan a la población a entender que todos los partidos son iguales, o la misma cosa.
Pero además de que casi no existen diferencias fundamentales en los aspectos programáticos, se han empeñado, unos y otros, en llevar a cabo acciones conjuntas. Agruparse, confundirse. Actuar como un solo cuerpo, sea en la oposición o en el gobierno. Y eso, aunque pueda ser considerado positivo, indudablemente puede acarrear consecuencias. ¿Cuáles? Una de ellas es la de entender que todos son iguales o se parecen. Aunque no sea así. Pero es lo que podría estar percibiendo la gente.
No todos son iguales. Pero lo que vale es lo que se percibe. Por eso vengo insistiendo en la diferenciación. A pesar de que a algunos teóricos no les gusta que lo exprese. Porque entienden que la diferenciación existe. Sin embargo, la encuesta indica que las mayorías comienzan a percibirlos iguales o parecidos.
Aunque voten, como va a ocurrir en las elecciones venideras. Por uno u otro partido o candidato. Porque la gente todavía vota. Pero por el camino que van, los partidos podrían estar permitiendo que los enemigos del partidismo, que no son pocos, los pongan a cavar sus propias tumbas. Así como suena. Están advertidos .tabasa1@hotmail.com

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