Un fatal error cometieron los que para lograr su propósito se atrevieron a quemar las naves, y hacer tambalear el muy diezmado sistema de partidos políticos, y nuestra democracia, que es un demo más que otra cosa. Aquí se prometió de todo; desde bajarnos la luna hasta viajar en guagua a Puerto Rico. Bien saben de Puerto Rico aquellos que han fallado en el intento de llegar en Yola a Borinquen, buscando un sueño sin visa y que en ocasiones han encontrando la muerte.
En tal sentido, aquí llovieron las promesas y contaminaron los cerebros atolondrados por el hartazgo del otrora partido todo poderoso; y con la promesa de cambiar todo, porque todo estaba “mal”, entonces llegaron a solucionar nuestros problemas, complicando los que ya habían y creando nuevos, y lo peor de la situación es que no se vislumbra el camino que se tomará para resolver la situación social y económica de los dominicanos. Todo esto ocurre mientras el pueblo llano se desangra, una cúpula empresarial se llena y rellena los bolsillos, sin olvidarnos de los funcionarios del gobierno que se llevan sus golosinas mientras le dan fundazos a la piñata y chupan de la teta estatal con su leche inagotable.
De modo que, utilizaron todos los medios que tenían a su alcance para escupir pá arriba todo y cuanto se le ocurrió. Inclusive usaron de comodín a los pilares “independientes” de la comunicación, que hoy no saben ni cómo defender el desastre que se está viviendo en este país. Ahora procuran que la gente olvide el pasado reciente “no miren atrás”, para que no comparen y se den cuenta que en el pasado no estaban tan mal.
Prometieron villas y castillas, pero ni a chozas llegaron. Después de escupir pá arriba tantos imposibles, hoy está cayendo toda esa baba del cielo.