El presidente del Comité Dominicano de los Derechos Humanos (CDDH) Virgilio Almánzar, coincide con el informe de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), que afirma que en República Dominicana hay un racismo estructural.

Cuando la Comisión habla de racismo estructural se refiere a “un sistema en el que las políticas públicas, prácticas institucionales, representaciones culturales y otras normas funcionan de distintas maneras, con frecuencia afianzadoras, para perpetuar la desigualdad entre grupos raciales distintos”.

Almánzar dijo que ese racismo se puede ver fácilmente cuando hay una ley que dice que a los dominicanos de ascendencia haitiana se le debe reponer su documentación de manera urgente, sin embargo la Junta Central Electoral, que decide interpretar la ley, y es quien dice a quien le da sus papeles y a quién no.

“Es más aquí hay grupos y partidos políticos que sus objetivos son el antihaitianismo y la marginación a los que tienen una orientación sexual diferente” dijo el activista.

Almánzar entiende también que esa realidad dolorosa hay que admitirla.

Durante una audiencia pública la semana pasada para tratar “la negación de los derechos políticos a las personas dominicanas de ascendencia haitiana” la CIDH instó al Gobierno dominicano a no negar el racismo estructural que sufren los extranjeros en el país, en especial los de procedencia haitiana.

La CIDH reconocía los esfuerzos del país sin embargo dijo que negar el racismo estructural reproduce las violaciones a los derechos humanos.