El crecimiento que experimenta el Producto Interno Bruto (PIB) es importante y necesario,  pero  insuficiente, porque puede estar mal distribuido, ser a costa del futuro, destruyendo el ambiente,  financiado con una deuda mal utilizada y crear pocos empleos o no disminuir la pobreza, planteó  Miguel Ceara-Hatton, coordinador nacional de la Oficina de Desarrollo Humano del PNUD.

Ceara-Hatton externó los conceptos al dictar la conferencia “Desarrollo, equidad e infancia”  en el  “Congreso subregional sobre explotación sexual comercial, avances y desafíos para Centroamérica y República Dominicana”. Explicó que el  crecimiento del PIB no implica desarrollo.

Dijo que  desarrollo es tener un trabajo decente,  electricidad,  acceso a agua potable por tuberías en la casa, orden en el tránsito,  escuelas públicas de calidad donde se cumpla el horario,  servicio de salud que funcione y con calidad, un sistema de justicia imparcial, protección policial, un sistema político que represente a la ciudadanía, que rinda cuentas y se respeten las leyes. “El desarrollo tampoco es la construcción de una infraestructura, de puentes y avenidas, muchas veces poco amigables con los peatones. El desarrollo no es para favorecer que un grupo de dominicanos o políticos anden en jeepetas, muestren riquezas inexplicables o financien fundaciones privadas con recursos públicos violentando la ley”.

Agregó que “la visión del desarrollo que postulamos es la del desarrollo humano, la cual consiste en la ampliación de las libertades para que una persona pueda llevar una vida prolongada, saludable y creativa”.

Planteó que  la sociedad dominicana es muy desigual, al extremo de que es el país 27 más desigual en el mundo y el  número cinco que más posiciones pierde cuando la esperanza de vida al nacer se corrige por la desigualdad y es el 24 que más posiciones pierde en ingreso cuando se ajusta por desigualdad.

Consideró que la desigualdad está asociada a la forma   como funciona la economía, la cual crece pero al mismo tiempo genera exclusión social, porque es una economía que genera pocos empleos y los que genera son de mala calidad.

“Además, tiene un impacto reducido en la disminución de la pobreza, mantiene segregado por riqueza la calidad del sistema educativo, de salud y justicia, entre otros, así como el acceso a los servicios públicos. Esa desigualdad es visible y cotidiana y quizás nos hemos acostumbrada a ella, pero ahí está”, dijo.

Una muestra, expuso,  está entre el motoconcho y la jeepeta,  la planta eléctrica y la vela, entre conseguir agua con cubetas y la tubería dentro de la casa, el rico que se puede liberar de la cárcel y el que va preso por robarse unos pollos, entre las oportunidades del que vive en los barrios de la parte alta de la Capital o en el Polígono Central y  en la diferencia de calidad de la   educación.

Agregó que   la equidad y distribución son parte de un sólo proceso.

Las claves

1.  Es más

Para Ceara-Hatton  la pobreza va mucho más allá de la falta de ingresos. Es  salud y nutrición inadecuada,  falta de educación y de conocimientos especializados, de medios de sustento inapropiados, malas condiciones de vivienda, exclusión social y escasa participación.

2.  Es difícil

Entiende  que  es  muy difícil erradicar la violencia, la  explotación sexual y comercial sin modificar la situación de exclusión y pobreza.