El economista Miguel Ceara Hatton, expresó ayer su temor de que al no existir un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI ) en la presente coyuntura de campaña electoral, el Gobierno produzca una expansión del gasto público, y que eso, a su vez, desestabilice la macroeconomía.
En alusión al cese recientemente del acuerdo stand by, dijo que fue una suspensión, y expuso al respecto la forma en la que terminó el pacto, que no se pudieron realizar las revisiones séptima y octava establecidas.
Consideró que si se expande al gasto público, una forma de enfrentar una posible desestabilización de la macroeconomía sería aumento de las tasas de interés bancarias.
La medida sería como forma de reducir la demanda de dinero en los bancos por parte de los usuarios de préstamos, para evitar que se dispare la tasa de cambio y la inflación, añadió.
Ceara Hatton también se refirió a la actual situación económica y dijo que estamos viviendo un proceso de paralización relativa de la economía dominicana, y hay un entorno internacional muy desfavorable.
En ese sentido, resaltó que países de Europa entrarían en situación de recesión y se espera un freno en la economía mundial, dijo. Además, la economía dominicana tiene el problema también del costo que representa el endeudamiento público, añadió Ceara Hatton, entrevistado en el programa Uno + Uno, por Teleantillas.
Fracaso stand by. Antonio Almonte, especialista en el tema eléctrico, consideró una barbaridad culpar a la tarifa eléctrica del fracaso del país con relación al Acuerdo Stand By con el FMI, como ha señalado el Gobierno.
La opinión de Almonte es en referencia a la información ofrecida por el Gobierno en esta semana de que una de las razones por las que no hubo avance para realizar las revisiones séptima y octava del acuerdo fue la postura del FMI que reclamaba que se aumentara la factura eléctrica.
En opinión de Almonte, no se puede culpar a la tarifa eléctrica de esa situación, porque, como sucede en cualquier industria, el precio final del producto (en este caso el kilovatio-hora) depende principalmente de los costos reales de producción. Y en ningún momento ese precio deberá ser establecido para equilibrar cuentas ajenas, incluyendo el desajuste fiscal del Gobierno debido a gastos excesivos y superfluos.
Almonte también argumentó que el impacto en las finanzas públicas del sector eléctrico se debe a las grandes pérdidas de las distribuidoras.
En su opinión, esas grandes pérdidas son consecuencia de que en promedio las distribuidoras dejan de facturar casi el 34% de la energía que distribuyen. Además, de la energía que facturan dejan de cobrar alrededor de un 13%, señaló Almonte.
Por ejemplo, durante el periodo de enero a noviembre del 2011, las distribuidoras perdieron cerca de RD$27 mil millones solo por dejar de facturar el 34% de la energía que compraron a las generadoras, dijo.
Además, de la energía facturada, dejaron de cobrar cerca de RD$6,800 millones en el mismo periodo, sostuvo.
Señaló que como resultado son esas pérdidas.
El subsidio al sector eléctrico en el 2011 se disparó a US$900 millones, cuando se había presupuestado sólo US$350 millones.
Nuevo gobierno necesitaría al FMI
El economista Henry Hebrard consideró que el gobierno que asuma el poder en agosto próximo tendría que arribar a un nuevo acuerdo con el FMI para poder cumplir con los objetivos del presupuesto del 2012.
Y también para poder cumplir las promesas de campaña establecidas en los programas de gobierno de los dos candidatos principales (Danilo Medida e Hipólito Mejía) en el sentido de aplicar el 4% del producto interno bruto (PIB) para educación, dijo el economista.
La importancia de un nuevo pacto con el FMI es porque un acuerdo con ese organismo ayudaría a crear confianza en los inversionistas extranjeros y atraer capitales, y recursos externos de fuentes financieras.
En otro orden, al analizar la situación de cese del acuerdo stand by con el FMI anunciada en esta semana, consideró que las metas que indujeron a la terminación de este pacto sin que se realizarán las dos últimas revisiones, eran inalcanzables, tales como la propuesta de aumentar la tarifa eléctrica en un 18% y la reducción del subsidio eléctrico a alrededor de US$350 millones.
El acuerdo con el FMI cesa el 28 de este mes.