Ceara-Hatton:  un proyecto de nación debe
tener como eje el desarrollo de la gente

Ceara-Hatton:  un proyecto de nación debe<BR>tener como eje el desarrollo de la gente

LEONORA RAMÍREZ S.
l.ramírez@hoy.com.do
En el país no se ha ejecutado un proyecto de nación por la falta de compromiso del liderazgo nacional con el desarrollo, la ausencia de  empoderamiento de los ciudadanos para doblegar voluntades, y porque la cultura política conspira contra el progreso, consideró el economista Miguel Ceara-Hatton.

Sus reflexiones son a propósito de la pertinencia de un pacto social que, desde su punto de vista, debe tener como característica fundamental el desarrollo de las personas.

Con relación a la responsabilidad del liderazgo nacional planteó que grupos políticos y económicos han actuado buscando rentabilidad a corto plazo, sin una perspectiva de desarrollo.

La sociedad no ha podido cohesionarse por la falta de conciencia ciudadana en el sentido del reclamo de sus derechos y el cumplimiento de sus deberes, refirió.

Cuando analiza el papel de la clase política en ese proceso expresa que los partidos  han entrado en lógica de lealtades perversas del poder por el poder, al margen del desarrollo humano.

“Más aún, los partidos se han vaciado de contenido, han dejado de ser espacios de concertación y de propuestas. Parecería que su único objetivo es el interés personal de sus miembros; por supuesto, hay notables excepciones”, dijo Ceara.

“Hemos llegado al absurdo de que los partidos secuestran al Estado y dividen la ciudadanía en dos: ciudadanos de primera, los del partido oficial que cuentan con la protección del Estado y derechos a empleos, independientes de su calidad profesional y de sus prendas morales, y los de segunda, que son del partido contrario y no tienen derechos a la protección del Estado”, agregó Ceara-Hatton.

Cómo cambiar.   Cierto pesimismo arropa a Ceara-Hatton cuando se refiere a la posibilidad de cambio, pues entiende que no existen razones para suponer que los partidos y las élites modifiquen sus actitudes espontáneamente.

Para él sólo hay una forma de lograr la transformación: que la población se empodere y se movilice para instaurar un pleno estado de derecho, donde se respeten las leyes y exista un régimen de consecuencia y rendición de cuentas.

Para que no se crea que el camino es difícil, citó como ejemplo el informe preparado por la Comisión de Santiago sobre el manejo dado por las autoridades a la presa de Tavera durante la tormenta Olga, en diciembre de 2007.

“Estoy convencido de que un proyecto de nación solamente va a salir de la movilización social que arrastre a los partidos políticos a la legalidad, a la rendición de cuentas, a un estado de derecho pleno y a una sociedad de ciudadanos”.

Un perfil de desarrollo.  El modelo de proyecto de nación de Ceara-Hatton tiene como elemento central a las personas, lo cual implica que la evaluación del éxito de cualquier política pública, o de cualquier institución, es determinar en qué medida mejora las condiciones de vida de la gente.

Desde esa perspectiva destacó que se deben entender como medios, y no como fines, el crecimiento económico, la tecnología y la modernización.

“Un país puede crecer, tener estabilidad macroeconómica, aumentar las exportaciones, y al mismo tiempo empeorar la distribución del ingreso y deteriorar las condiciones de la gente.

“Porque en definitiva son las personas las que se desarrollan, no las cosas, ni los países ni tampoco la macroeconomía”.

La ciudadanía.   El diseño de ese pacto social debe concentrarse en la creación de ciudadanía, de un individuo con derechos y deberes, y un ambiente en el que el acceso a las oportunidades dependa del estado de derecho y del desarrollo de la nación, mas no del pode de personas y grupos.

Institucionalidad.   Este elemento ocupa un preponderante en su perfil de proyecto de nación, sobre todo porque en el país esta es  deficitaria.

En tal sentido, planteó que sin instituciones no hay progreso y se depende de las voluntades caprichosas de quienes ejercen el poder político.

Para alcanzar ese estadio citó varias fórmulas, entre esas la creación de un régimen de consecuencias para darle fin a la impunidad de la que se han beneficiado las élites políticas y económicas.

Expresó que eso significa que se deben rendir cuentas y establecerse responsabilidades.

Destacó que, lamentablemente, en la cultura política criolla el dolo no recibe sanción y que, por el contrario, “se repite la misma fechoría con el argumento de que el anterior lo hizo, es una forma de la “Ley del Tigueraje”.

En ese mismo contexto citó el cumplimiento de la ley, porque en la tradición dominicana si las normas no se acatan no pasa nada.

Sobre el territorio.  Ceara-Hatton incluyó en su boceto de pacto social la  transversalización del territorio en las intervenciones de políticas y en la evaluación de las instituciones.

Al hacer una evaluación empírica expresó que mientras el territorio se fragmenta, el país se polariza social y económicamente, por lo que, a su juicio,  se deben fortalecer los gobiernos locales para que se democratice la sociedad dominicana.

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Otro eje

La igualdad

 Este elemento es el último eje de la visión de Ceara-Hatton. Según él, la carencia de equidad está desintegrando al país.

Varios países en uno

De acuerdo con sus declaraciones, en la República Dominicana cohexisten varios países que están cada vez más aislados, sin vínculos entre las partes. 

Las consecuencias

A partir de esa desigualdad se genera una suerte de violencia social que hace ineficiente la actividad económica, dijo el experto al aclarar que aunque no se trata de una valoración muy exhaustiva debe formar parte de un proyecto de nación.

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