República Dominicana cuenta con una infinidad de artistas que con su accionar le han dado esplendor al arte nacional.
Cecilia García es una de esas dignas representantes. Desde principios de los años 70 del siglo pasado, “La Polifacética” -como se le llama a la artista- ha mostrado su histrionismo no solamente en su país, sino en el extranjero.
En más de cuatro décadas de trayectoria artística, Cecilia ha tenido como carta de presentación el perfeccionismo y el respeto al público y a su profesión.
“Soy muy exigente conmigo misma y con la gente que trabaja conmigo. Soy muy perfeccionista y entiendo que la perfección no tiene límites. Yaqui siempre me decía: ‘Tú dejas de hacer lo muy bueno, por querer hacer lo excelente’. Y yo le decía ‘sí, es verdad’”, señaló la también cantante.
Cuando le preguntamos sobre cuál entiende que ha sido su aporte al arte dominicano, “La Polifacética” dice que prefiere que sea el público quien responda.
“Yo no puedo decir que mi aporte ha sido este o aquel. Lo que yo he hecho es lo que creo que puedo hacer bien. Me gusta la actuación, me gustan las cosas con calidad, me gusta no festinar, tomarme mi tiempo, hacer las cosas cuando haya condiciones para eso, y sobre todo respetar al público”, explica la actriz.
Cecilia indica que se quita el sombrero ante la audiencia porque “ella es la que te quita o la que te pone. Es la gente que paga para verte, la que te aclama, la que te recuerda, que te añora y que te dice: ‘Ven, que hay un lugar para ti… haces falta’”.
Y ese respeto que le inspira el público es lo que hace que se tome el tiempo necesario para presentar proyectos de calidad. A ella no le gusta hacer las cosas por hacerlas, porque cree que hay un dinero que no se debe ganar.
Un reto nuevo. Del primero al 5 de octubre próximo, “La Polifacética” subirá nuevamente a escena para deleite de sus admiradores. En esta ocasión presentará en la sala Ravelo del Teatro Nacional la dramática pieza “Olivia y Eugenio”, en la que compartirá estelares con el joven Jochy Gil Ostreicher, quien debuta en esta obra del peruano Herbert Morote.
“Olivia y Eugenio” narra la historia de una madre y un hijo. Una madre con una enfermedad terminal, cuyo gran problema es con quién puede dejar a su hijo, que tiene síndrome de Down”, explica la actriz.
“A usted le persiguen los papeles fuertes” -le decimos-. A lo que ella responde: “A mí no me persiguen, yo los busco, porque me gustan, porque hay mucha pasión, mucha entrega, se exige mucho de un papel así”.
Cecilia indica que cuando leyó la sinopsis de esta obra, pensó que era una tragedia, pero que luego se dio cuenta de que con ella el público va a entristecerse, pero también va a reír y a aprender. “Más que todo es una gran lección de amor”, afirma “La Polifacética”, quien tiene en María Callas, en “Master Class”, uno de sus papeles más emblemáticos.