Prepárense para el bajón. El plan de China de fijar un plazo para que los fabricantes de autos suspendan las ventas de vehículos que funcionan con combustibles fósiles hizo subir las acciones de fabricantes de autos eléctricos como BYD Co., financiada por Warren Buffett, y BAIC Motor Corp. No nos precipitemos.
Eliminar los autos que consumen gasolina en el mayor mercado automotor del mundo ciertamente acelerará la ofensiva global hacia las flotas de automóviles eléctricos. Pero los inversores deberían tratar el fenómeno como una megameta, similar a poner el hombre en la luna o encontrar la cura contra el cáncer.
Con dinero suficiente, una ingeniería inteligente y un apoyo gubernamental ad hoc, el abandono del motor de combustión interna llegará. Pero podría tardar una o dos generaciones -y con grandes cambios entre éste y ese momento-.
Lo cual constituye en parte la razón por la que BYD tuvo un desempeño radicalmente inferior en el índice Hang Seng de Hong Kong en los últimos 12 meses, pese a la última ganancia.
BYD, un líder temprano, todavía sigue vendiendo más vehículos eléctricos sólo a batería e híbridos en China que ningún otro. Pero perdió más de la mitad de su cuota de mercado frente a otros competidores solamente en los últimos 12 meses.
Y eso antes de que China elimine generosos subsidios gubernamentales. Dichas subvenciones representaron el 10,8 por ciento de la ganancia antes de impuestos de BYD en 2016, y Steve Man, de Bloomberg Intelligence, calcula que la ganancia neta del fabricante de autos podría caer un 30 por ciento cuando se recorten los subsidios.
Si bien los inversores quizá se vuelquen a BYD como puro juego de inversión en vehículos eléctricos, la compañía actualmente obtiene sólo el 20 por ciento de las ventas automotrices de vehículos eléctricos. El resto proviene de los autos a combustible tradicional. Y todas esas ventas de autos representan solo el 55 por ciento de los ingresos de BYD. Otro 38 por ciento corresponde a componentes de teléfonos móviles. Solo el 7 por ciento proviene de productos relacionados con baterías.
Juzgar el impulso de las acciones sobre la base de los fundamentos económicos de una compañía de automóviles eléctricos como BYD o Tesla Inc. en este momento resulta tan incierto como el intento de predecir la trayectoria de Amazon.com Inc. o Alibaba Group Holding Ltd. sobre la base de sus balances generales en los primeros tiempos del comercio electrónico. No se negociaban sobre la misma base que comerciantes tradicionales como Wal-Mart Stores Inc. y lo mismo puede decirse de los fabricantes de vehículos eléctricos, que no se evalúan junto con Hyundai Motor Co. o Toyota Motor Corp.
La lección en ese caso era que el comercio electrónico tenía éxito, pero los ganadores no eran necesariamente los obvios -pensemos en los grandes fracasos de salidas a bolsa de ese momento, como Webvan y eToys-. Del mismo modo, los inversores deberían tener en cuenta que los líderes actuales en vehículos eléctricos podrían no ser punta de lanza en el futuro.
Pensemos también que los fabricantes de autos tradicionales dedicados actualmente a los vehículos eléctricos, como Volkswagen AG, Toyota, Nissan Motor Co. y Geely Automobile Holdings Ltd., pueden eventualmente usar sus abultadas reservas de dinero, su experiencia en ingeniería y sus enormes redes de distribución para superar a empresas como BYD.
El plan de China sobre un plazo para los combustibles fósiles surge en tanto los funcionarios evalúan aplazar o reducir el programa obligatorio de comercio de derechos de emisión para los autos eléctricos, porque las empresas automotrices todavía no pueden cumplir con las metas de emisiones.
Las normas relajadas, que podrían conocerse ya esta semana, sugieren que Pekín está consciente de que el camino al futuro no será una línea recta, y que China deberá cada tanto ajustar sus ambiciones a la realidad. Los inversores deberían hacer lo mismo.