Celebran el 60 aniversario de la capitulación de nazis

Celebran el 60 aniversario de la capitulación de nazis

MOSCÚ (EFE).- Rusia celebra hoy lunes por todo lo alto el 60 aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial, en presencia de más de cincuenta jefes de Estado y de Gobierno invitados por el presidente ruso, Vladímir Putin.

El secretario general de la ONU, Kofi Anan, y los dirigentes de EEUU, Francia, Alemania, España, China y Japón son algunos de los invitados de honor del Kremlin, que busca con estos festejos el reconocimiento mundial del aporte decisivo que hizo la desaparecida URSS a la derrota del nazismo y que le costó 27 millones de vidas.

El acto central de los certámenes conmemorativos de la gesta, que en Rusia se denomina la Gran Guerra Patria, reunirá a los dirigentes rusos y mandatarios extranjeros en la Plaza Roja de Moscú, donde presenciarán un grandioso desfile militar.

Desde una tribuna colocada al lado del Mausoleo de Lenin, Putin presidirá la marcha, al son de orquestas militares, de unidades del Ejército, columnas de veteranos vestidos con uniformes de la guerra, armamento moderno y réplicas de los antiguos camiones ZIS.

Los líderes extranjeros, muchos de ellos acompañados por sus esposas, depositarán juntos una ofrenda floral en la Tumba del Soldado Desconocido, situada en los Jardines de Alejandro al pie de la muralla del Kremlin.

También allí se harán juntos una foto de recuerdo y después asistirán a una recepción solemne que el presidente ruso y su esposa Ludmila Putina ofrecerán a los invitados en el Gran Palacio del Kremlin.

A las 20.00 hora local (16.00 GMT) toda Rusia guardará un minuto de silencio en memoria de los caídos, y por la noche los cielos de la capital rusa serán sacudidos e iluminados por 60 salvas de artillería en recuerdo de la Victoria y por un espectáculo de fuegos artificiales.

El Kremlin ha tirado la casa por la ventana y movilizado toda su maquinaria propagandística para recuperar para Rusia, aunque sólo sea por unos días, la grandeza de la hoy inexistente URSS, cuyo pueblo sacrificó tanto por aquella victoria.

Desde tiempos soviéticos no se recordaba tanto revuelo en vísperas de una fecha memorable en la capital rusa, que se cubrió de carteles con soldados soviéticos, estrellas rojas y otras imágenes casi olvidadas en los 14 años transcurridos desde la caída de la URSS.

Pero el empeño por celebrar el aniversario con mayor pompa incluso que en la Unión Soviética motivó críticas al Kremlin por «privatizar» la fiesta nacional para sí y sus invitados, en detrimento del pueblo que regó con su sangre el camino a la victoria.

La mítica Plaza Roja ya fue vedada al público, y el lunes la prohibición se extiende a casi todo el casco histórico, donde tradicionalmente se daban cita los veteranos para recordar sus hazañas y adonde esta vez solo podrán acudir algunos «elegidos».

Las autoridades federales pidieron a los moscovitas que se abstengan de dirigirse al centro y, preferiblemente, celebren la fiesta en sus barrios o casas de campo, lo que incluso provocó una polémica con el Ayuntamiento de Moscú.

Para la tranquilidad de los altos visitantes y sus anfitriones se restringió el funcionamiento de los aeropuertos y del transporte que enlaza con la región de Moscú, y en la ciudad se cierran las estaciones de metro próximas a los lugares de los principales eventos.

A los diez aviones especiales que procuran disolver las nubes para evitar lluvias hoy se sumó una escuadrilla de veinte cazas militares y helicópteros de combate, encargados de proteger los cielos de Moscú durante los actos festivos.

Además, han sido puestas en estado de máxima alerta todas las bases de defensa antiaérea ubicadas alrededor de la capital rusa.

Unos 20.000 efectivos del ministerio del Interior fueron movilizados para patrullar las calles, y la Policía anunció rígidos controles de documentación, aunque prometió ser tolerante con los veteranos que «se pasen de copas».

En un esfuerzo por compensar a los moscovitas por las incomodidades y reafirmar su derecho a esta gran fiesta, el Ayuntamiento preparó un programa paralelo al oficial del Kremlin, que incluye marchas, competiciones deportivas, conciertos y espectáculos, tanto al aire libre como en recintos cubiertos.

«El programa incluye medio centenar de actividades masivas para toda la población y otras cinco mil en barrios y distritos de la capital», declaró el Ayuntamiento de la ciudad, en cuya decoración se utilizaron 50.000 banderas, 3.000 pancartas, 100 escenarios y 200 kilómetros de cintas con bombillas.

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