Celebran la Navidad con llamados de paz

Celebran la Navidad con llamados de paz

CIUDAD DEL VATICANO (AFP) – De Belén a Bagdad, las celebraciones de Navidad han estado dominadas este año por llamamientos a la paz desde Tierra Santa y todo el mundo, pero se vieron empañadas por el asesinato, en plena misa en Sri Lanka, de un diputado tamil.

En su primer mensaje de Navidad antes de la bendición «Urbi et Orbi», transmitido por las televisiones del mundo entero, frente a una plaza de San Pedro repleta de fieles, el Papa instó a la humanidad del tercer milenio a un despertar espiritual.

«¡Despierta, humanidad del tercer milenio!», exclamó.

«La época moderna es por lo regular presentada como un período del despertar de la razón, como la llegada de la humanidad a la luz», pero «sin Cristo», dijo, «la luz de la razón no es suficiente para esclarecer al hombre y al mundo».

Benedicto XVI, de 78 años, pidió a los fieles durante la Misa de Gallo el sábado a medianoche que no permitan que «la llama de luz» de la Navidad «sea apagada por los corazones fríos de nuestra época».

Mientras el Papa pronunciaba su homilía en la basílica de San Pedro, el Patriarca latino de Jerusalén, Michel Sabbah, celebró una misa de medianoche en la catedral de la Natividad de Belén. Miles de palestinos y peregrinos asistieron a esta ceremonia.

Tras cinco años de Intifada, Belén ha vivido una Navidad casi feliz a pesar de la construcción por parte de Israel de un muro que separa la ciudad de la Natividad de Jerusalén.

«Hace falta suprimir los muros y erigir en su lugar puentes de paz y de amor», proclamó Sabbah poco antes de celebrar el oficio, que estuvo marcado por la presencia de Mahmud Abas, el presidente de la Autoridad Palestina.

El predecesor de Abas, Yasser Arafat, muerto en noviembre de 2004, tenía prohibido por Israel asistir a esta celebración desde el año 2001.

«Sed constructores de la vida, no de la muerte. Aprended que la demolición, la muerte y la lucha no traen más que demolición, muerte y permanencia de la lucha», afirmó Sabbah.

«También por parte israelí vimos y escuchamos nuevos signos y nuevas expresiones. Esperamos que indiquen una nueva visión y una nueva decisión», añadió el Patriarca en alusión a la retirada israelí de la franja de Gaza.

En Bagdad los cristianos fueron privados de la misa de medianoche por razones de seguridad, y celebraron discretamente el oficio de Navidad el sábado por la tarde rezando por «la paz en Irak y la paz en el mundo».

La misa estuvo oficiada por monseñor Emmanuel Delly, que es Patriarca de Babilonia y jefe espiritual de la comunidad cristiana de Irak, los caldeos, que representan menos del 3% de la población del país.

«Todos somos verdaderamente miembros de una sola familia, por eso nosotros, los cristianos, junto con nuestros hermanos musulmanes, tenemos que obrar juntos para el bien de Irak, cada uno según su religión», estimó Delly.

En Kirkuk, una ciudad del norte de Irak que durante la guerra albergaba una importante comunidad cristiana, no se celebró ninguna misa, y en Mosul (norte) los militares norteamericanos recibieron la visita del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, que les sirvió la cena de Nochebuena con un gorro de cocinero.

En Sri Lanka, un país desgarrado por la violencia desde hace más de 30 años, la Navidad no ha concedido una tregua. El sábado por la noche un diputado tamil, Joseph Pararajasingham, fue asesinado por disparos en plena misa en la iglesia de San Miguel de Batticaloa (300 km al este de Colombo) y al menos ocho personas resultaron heridas.

La Nochebuena sin embargo fue tranquila en Indonesia, el país musulmán más grande del mundo, donde la policía temía atentados islamistas contra la minoría cristiana.

Miles de agentes vigilaron las iglesias indonesias para evitar una repetición de las Navidades sangrientas de 2000, cuando una oleada de atentados islamistas contra lugares de culto cristianos provocó 19 muertos y decenas de heridos.

De su lado la reina de Inglaterra, Isabel II, deploró en su discurso de Navidad las vidas perdidas durante los atentados de Londres el 7 de julio y recordó a las víctimas del tsunami del pasado 26 de diciembre.

«El día después de mi último mensaje de Navidad, el mundo experimentó uno de los peores desastres naturales que se recuerdan», declaró Isabel II.

La noche fue tranquila en las playas de Sidney, donde las autoridades desplegaron 800 policías por temor a nuevos disturbios raciales.

En China más de 2.000 personas asistieron a la misa de Navidad en la nueva iglesia de Chaoyang, la primera en ser consagrada a Pekín desde la toma del poder por parte del Partido Comunista en 1949.

La celebración de los oficios religiosos en China sólo está autorizada en las iglesias reconocidas por el Estado, aunque se estima que varios millones de cristianos frecuentan iglesias clandestinas dependientes del Vaticano que Pekín no reconoce.

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