La primera dama,  Cándida Montilla de Medina, pidió ayer a Dios que siga bendiciendo a su esposo, el presidente Danilo Medina, y a quienes lo acompañan para que continúen sirviendo al país con “honestidad,  responsabilidad, transparencia y entrega, como lo han hecho hasta ahora”.

En una declaración a propósito  de los  primeros  cien días del Gobierno, Montilla de Medina dijo que el Despacho de la Primera Dama mantendrá el trabajo que realiza hombro con hombro con el Gobierno central y las instituciones públicas y privadas y las organizaciones de la Sociedad Civil en el interés de fortalecer la unidad familiar, asistir a los desvalidos y brindar atenciones a los sectores más vulnerables de la población, entre los que figuran  los  niños, los envejecientes  y los discapacitados.

El Gobierno ofreció una misa en la capilla San Rafael del Palacio Nacional para dar gracias a Dios por los resultados obtenidos en este período.

A la eucaristía,    oficiada por el sacerdote Gerardo Ramírez Paniagua (Padre Jerry), asistieron  el jefe de Estado, Danilo Medina;  la vicepresidenta, Margarita Cedeño de Fernández, legisladores, miembros del gabinete y otros funcionarios civiles y militares, así como invitados especiales.

También asistieron el ministro administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta; el ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, Temistoclés Montas; el gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Alvizu; la ministra de Educación, Josefina Pimentel; el presidente del Senado, Reinaldo Pared Pérez, y el alcalde de Santo Domingo Este, Juan de los Santos, entre otros.

Oídos sordos.   El nuevo capellán Ramírez Paniagua  aprovechó la ocasión para exhortar al presidente Medina y a su gabinete trabajar  por el bienestar del  país  sin hacer caso a las críticas, por entender que siempre aparecerá quien hable, aunque las cosas se hagan bien.