La Asociación Dominicana de Rehabilitación celebró ayer una misa en memoria de doña Vicenta Lamourtte de Peignand, al cumplirse el segundo año de su fallecimiento.
El director ejecutivo del centro, Arturo Pérez Gaviño, dijo que doña Vicenta se entregó en cuerpo y alma a la institución y fue una colaboradora incansable.
“Dama amor, afecto, prodigaba cariño por donde quiera”, expresó.
Recordó que siempre estuvo preocupada por la asistencia a los pacientes y sus familiares.
Dijo que en los años que las epidemia de polio hizo estragos en el país fue una importante colaboradora.
“Por muchos años ella fue que manejó el área de esa epidemia hasta que fue erradicada”, señaló.
Pérez Gaviño manifestó que durante los años 1973 hasta el 1982 cuando existía la epidemia el centro fue de gran importancia como programa social de apoyo a los pacientes y su conducción hasta que pudieran reinsertarse en la sociedad.
El oficio religioso se realizó en la sede de Rehabilitación y estuvo a cargo del padre Angel Pérez Barroso, vicario de la parroquia San Judas Tadeo.
A la misa asistió la directora de la institución, Mary Pérez de Marranzini, así como directivos, empleados, familiares de pacientes e invitados especiales.