Celebrando el triunfo

<p>Celebrando el triunfo</p>

HÉCTOR OLIVO
La firma de quien suscribe arriba de este título induce al lector al terreno político, despertando inquietudes sobre las preferencias electorales.

No será el enfoque fundamental de estas líneas, sin que dejemos tocar esos aspectos, siempre importantes para una población con un alto nivel de politización.

El triunfo referido es el de las Aguilas Cibaeñas, alcanzado en buena lid, luego de una batalla campal con su archirival, los Tigres del Licey, quienes le derrotaron el año pasado en el béisbol invernal de República Dominicana.

Gozaron los aguiluchos de Santiago, la Capital y todo el país en donde se celebró la victoria del conjunto mamey.

El alto nivel competitivo ha trasladado enormes simpatías del equipo de Santiago a otros litorales.

No se quedó un solo barrio capitalino que no celebrara la victoria cibaeña.

Se puede atribuir el fenómeno a las migraciones o simplemente al traslado de simpatías de los equipos descartados en la serie regular y en la de semifondo; pero verlo así, podría resultar simple.

Concentración de parroquianos en colmados, restaurantes y bancas seguían entrada por entrada la serie de campeonato entre el equipo representativo del Cibao y el de la capital.

Luego de la victoria se disfrutó y se celebró. Los muchachos del barrio se tiraron a las calles con latas y otros objetos escandalosos para conmemorar la victoria.

El triunfo fue en Santiago, pero se celebró en todo el país.

Las diferencias políticas y sociales se dejan a un lado para juntos conmemorar una victoria alcanzada tramo a tramo.

Las Aguilas Cibaeñas no s´Olo celebrarán su campeonato, como lo hicieron con una rumbosa fiesta luego de una extensa caravana santiaguera, le corresponde celebrar por el éxito alcanzado por una empresa organizada que suma en cada uno de sus integrantes.

El apoyo de una comercializadora que acertó conformando una red de estaciones radial y de televisión con la cadena de mayor cobertura y amplitud.

Son y serán certeros en la escogencia del personal humano que da vida y sabor a las transmisiones.

Con tal cobertura y recursos humanos además del campeonato, se suman simpatías y recursos.

Los elementos modernos del mercado fueron utilizados por las Aguilas y ahí están los resultados: Un estadio repleto en cada compromiso y una transmisión (tanto en radio como en tv) que hasta los anuncios se escuchaban con atención.

En esta parte puede estar el fenómeno de la expansión de la fanaticada de las Aguilas más allá de su sede.

Súmele el entusiasmo de sus jugadores, la mística que le impregnan y la tradición de años.

Tengo tiempo observando el fenómeno, ahora me atreví a escribir sobre él, en procura de motivar a otros que no estén contaminados como yo, porque como santiaguero, de La Joya, soy y seré aguilucho hasta la tambora. Felicidades.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas