Celeridad

Celeridad

Con conocimiento de causa, César Estrella Sahdalá, ex presidente de la Junta Central Electoral, ha cuestionado la tardanza de la Suprema Corte de Justicia en cuanto a emitir sentencias sobre asuntos de interés nacional.

Con un solo expediente como ejemplo -la pugna por el control del Partido Revolucionario Dominicano (PRD)- el jurista trata de poner el país en auto acerca de los riesgos de que la no emisión de una sentencia que defina la situación de ese partido pueda ocasionar trastornos muy serios en las elecciones congresionales y municipales del 2006.

Por el otro lado, el presidente de la Suprema Corte, Jorge Subero Isa, ha respondido que la tardanza ha sido responsabilidad del PRD, de las partes en pugna, por no haber completado el expediente con sus argumentaciones y documentos y ha dicho que la pieza será conocida en febrero próximo.

Independientemente de lo que establezcan las pautas procesales, ha debido pensarse en que la administración de justicia tiene que ser una acción oportuna y que los tribunales, salvo indicación en contrario, tienen que acogerse a plazos específicos para no prolongar la ventilación de los casos más allá de lo conveniente y razonable.

Probablemente en otras materias diferentes al litigio interno del PRD haya tardanza en la emisión de fallos, en espera de que las partes en pugna completen el expediente con sus argumentaciones. En el caso particular que ha servido de ejemplo, hay que evitar que un litigio por el control de un partido pueda salpicar de alguna manera la institucionalidad del país.

Los jueces de la Suprema Corte, sin apartarse de las pautas procesales y con toda la soberanía que la ley les confiere, le harían al país un gran aporte si consideraran la celeridad en la administración de justicia como uno de los más importantes principios del Estado de Derecho, y actuaran en consecuencia para dejar dilucidado oportunamente los conflictos puestos en sus manos.

Indignación

El sepelio de Ubaldo Alexis Mota Rivera, alias Nino Cuboy, a quien se atribuían numerosos crímenes y tráfico de drogas, es una demostración de que la delincuencia pretende echarse en un bolsillo este país y sus autoridades.

Hombres armados que acompañaron sus restos hasta el cementerio de la avenida Máximo Gómez cubrieron el féretro con la Bandera Nacional y bloquearon esta vía. Durante el acto de enterramiento se hicieron numerosos disparos al aire.

O las autoridades correspondientes no se enteraron del asunto, o decidieron dejar pasar estos desmanes sabe Dios por cuales razones o pretextos.

Símbolos patrios como la Bandera Nacional están reservados para causas muy distintas de las que defienden quienes hicieron esta demostración de fuerza.

Hay motivos para temer que los principios y la autoridad están en seria desventaja en estos tiempos y que la violación de las leyes se deja pasar por alto. Los disparos al aire y el uso desautorizado de la bandera están penados por la ley, y eso lo saben las autoridades, pero también quienes las desafiaron en el cementerio de la avenida Máximo Gómez. ¿Hacia dónde va el país?

Publicaciones Relacionadas

Más leídas