Celia Cruz murió de cáncer el 16 de julio de 2003, pero su música se escucha ahora más que nunca, sus discos son premiados y un día antes del primer aniversario de su muerte, se pone a la venta en inglés y español su autobiografía. Los restos mortales de la llamada Reina de la Salsa o la Guarachera de Cuba yacen ya definitivamente, desde abril pasado, en un mausoleo de mármol blanco que lleva su nombre en el cementerio Woodlawn, en el condado neoyorquino del Bronx.
El primer aniversario de su muerte, a la edad de 77 años, será marcado por varias actividades en Nueva York y Miami, las dos ciudades donde fue velado su cuerpo en multitudinarias muestras de duelo de las comunidades latinas.
La biografía que publica Harper Collins ha sido escrita por la periodista mexicana Ana Cristina Reymundo, residente en Texas y directora de la revista Nexos de American Airlines, en base a más de 500 horas de vídeo y audio grabadas por Celia Cruz, antes de su muerte.
La selección de Reymundo sorprendió, ya que hay otros periodistas y escritores cubanos que han seguido más de cerca su vida artística.
Pero Omer Pardillo, ex representante de la cantante y hombre de gran influencia en su familia, dijo que una vez en un aeropuerto hojeó la revista Nexos que tenía en portada a Celia Cruz y le gustó la entrevista que ella le había hecho. Ana Cristina supo captar la esencia de Celia y por eso la propuse para escribir la biografía, reconoció Pardillo.
Por primera vez y en sus propias palabras, Celia Cruz cuenta la historia de su vida, su origen humilde en Cuba, sus comienzos en la Sonora Matancera, las razones para salir al exilio, primero en México y luego en Estados Unidos.
Sobre todo habla sobre sus últimos meses y su lucha contra el cáncer, preocupada más que por ella, por su esposo Pedro Knight, su Cabecita de Algodón, su fiel compañero durante más de 40 años.
Knight, ex trompetista de la Sonora Matancera, fue ingresado de urgencia en un hospital de Miami el 6 junio tras sufrir una bajada en sus niveles de azúcar, pues padece de diabetes, y luego de asistir a un telemaratón contra el cáncer, al que solía participar Celia en vida.
[b]SU LEGADO[/b]
Otra biografía sobre Celia Cruz ha sido escrita por el autor colombiano Eduardo Márceles Daconte, ex editor de la revista Vida del diario Hoy, de Nueva York, bajo el título de Azúcar. Márceles Daconte incluye en el libro entrevistas con los familiares de Celia en La Habana, confesiones de su hermano Bárbaro y de otros miembros del clan familiar.
Como Celia Cruz sigue de moda, tres fotos autografiadas por ella el 5 de marzo de 2003, han sido puestas a subasta en eBay, con un precio de salida cada una de 500 dólares.
Como un homenaje póstumo a Celia Cruz fueron los tres premios Billboard a la Música Latina que se le concedieron a la artista en la última entrega de estos galardones en Miami, el pasado 29 de abril, empatando en número de galardones recibidos por el cantante puertorriqueño Ricky Martin y el cantautor colombiano Juanes.
Los premios fueron a la mejor artista de álbum latino, al mejor álbum tropical femenino por Regalo del alma y al mejor álbum latino de éxitos por Hits Mix. Estos discos y otras recopilaciones han estado en los últimos meses en las listas de los más vendidos de la revista Billboard, y muchos de los sencillos, entre los más escuchados en las radios hispanas del país.
El legado de Celia Cruz se palpa en la fundación que lleva su nombre y que se dedica a dar becas a alumnos de escasos recursos para que puedan estudiar música. En la reciente gala de los Billboard Latinos actuaron tres de esos estudiantes de un conservatorio de Nueva York, que cantaron y tocaron la música que hizo famosa Celia Cruz.
Se ha especulado mucho sobre quién podría ser su sucesora, pero a pesar que se menciona a la cantante cubana Lucrecia y a la puertorriqueña La India, es difícil pensar que éstas puedan llenar el hueco dejado por Celia Cruz.
Jamás ha pasado por mi mente, porque ella sigue siendo única. No nacerá en toda América otra que pueda comparársele, ya que Celia fue y sigue siendo la diosa de la música cubana, comentó Lucrecia, ex solista de la orquesta femenina cubana Anacaona y que ahora vive exiliada en España.
Hasta que no salió de Cuba en 1993, Lucrecia nunca antes había escuchado a Celia Cruz, ya que su música está prohibida en la isla desde que se exilió en 1960, después de que se le confiscaran sus propiedades.