POR FÁTIMA ÁLVAREZ
Mucho se ha hablado de esa emoción negativa que domina los sentidos de algunas personas, hasta llegar a cometer actos de los que posteriormente se arrepienten, pero que antes han dejado huellas de dolor y, en muchos casos, luto en familias: los celos.

Los celos son un sentimiento patólogico que, aunque muchos entienden como una manifestación del amor, no es más que la carta de presentación de una persona con un perfil psicológico deformado por la inseguridad y la baja autoestima que manifiesta generalmente en una relación.

Así lo señala Ana Mirtha Vargas, psicóloga, cuando manifiesta que “son una de las emociones más intensas y frecuentemente responsable de la intranquilidad, estrés, dolor y la falta de paz interior”.

“Podríamos definir los celos como un estado emotivo ansioso que padece una persona y que se caracteriza por el miedo ante la posibilidad de perder lo que se posee, o se considera que se tiene-posee, o se debiera tener-poseer (relación de pareja, amistad,  poder, imagen profesional o social, etcétera)”.

Señala la también astróloga que las manifestaciones de este sentimiento en niños es común y en determinados casos, normales. “Es natural que se sienta inseguro en sus primeras etapas de desarrollo por lo que precisa del apoyo, la protección y del afecto que le proporcionan los padres”.

Explica Vargas que regularmente pueden surgir los celos ante la presencia de algún hermano o cualquiera que éste sienta que atenta sobre su seguridad o temor de ser desplazado.

Indica que los parámetros y el establecimiento de comparaciones son detonantes de esta emoción negativa, como producto de la no aceptación personal. “Alguien tiene una mejor posición, una casa más grande, un cuerpo más bonito, una personalidad más atractiva, comparas y te sientes débil ante la otra persona. En el momento que una persona haga conciencia de que es única, original e incomparable, los celos se esfumarán”.  En los celos se exhibe siempre la superioridad de una persona por encima de la otra. 

Es preciso que los celos enfermizos sean tratados con la ayuda de un terapeuta en una consulta psicológica, pero, como indica la profesional,  si la persona celosa no ha llegado a tal extremo, puede buscar equilibrar su estado de ánimo y retomar la armonía que se basa en la ternura, la comprensión, la tolerancia, el respeto mutuo y sobre todo, el amor incondicional.  

“Los celos surgen de las ganas de poseer sin darnos cuenta que en realidad no poseemos a nadie. Solos nacimos, estamos y moriremos.  No permitas que tus temores de ‘perder’ lo que tienes impidan tu felicidad presente”. 

DE INTERES

Ana Mirtha Vargas De Windt  es licenciada en psicología y astrología. Realiza cursos y talleres de superación personal y sobre el control del estrés, la relajación y la meditación como vía para mejorar su calidad de vida.

Está actualmente impartiendo los talleres “Descubriendo el ser maravilloso que reside en mí”, los martes de 8:00 a 9:30 de la noche, en el Club Deportivo Naco.

Para mayor información, llamar a los teléfonos 809-412-0393 y  809-729-7020.

Su consultorio está ubicado en el Complejo de Salud Ramón Rosario, segundo nivel de Plaza Central. Hay un Plan Servicio a la Comunidad para personas de escasos recursos.