Células madre, ¿la panacea de todos los males imaginables?

Células madre, ¿la panacea de todos los males imaginables?

Mucho se ha oído hablar sobre las células madre, pero todavía hay quienes tienen sus dudas en torno a su eficacia sobre algunos problemas de salud.

Que si cura la artritis, la diabetes, que si es confiable su uso en la estética… en fin, son muchas las informaciones que siempre se dan, pero, ¿a qué se debe que se le atribuyan tantas bondades?

El doctor Álvaro Skupin, especialista en células madre, explica que estas tienen características muy particulares, las cuales las hacen especiales.

“No se parecen en nada a otras células; tienen la capacidad de multiplicarse o reproducirse indefinidamente; se pueden auto renovar; no envejecen (mantienen su calidad) y se pueden convertir en cualquier célula de un tejido especializado (cerebro, ojo, corazón, pulmón, hígado, páncreas…) no solo en forma anatómica, sino también en función. Por ejemplo, se convierten en corazón y funcionan como corazón”, explica el médico colombiano nacionalizado dominicano.

Skupin señala que esas características hacen de las células madre lo ideal para tratar cualquier problema en el humano y en los animales.

El presidente y fundador de la Sociedad Latinoamericana de Células Madre, (Solcema) resalta que hay muchos mitos sobre este procedimiento, entre ellos, que pueden provocar cáncer y que es ilegal. Y dice que es cuestión de usar las células madre adecuadas y saber cómo utilizarlas.

El doctor Skupin explica que hay tres tipos de células madre: las embrionarias, que se consiguen en los embriones, en los primeros cinco días de embarazo; las fetales, se obtienen después de los cinco y hasta los treinta y cinco días, y las adultas, desde los treinta y cinco días hasta cualquier otra etapa de la vida.

Como los dos primeros tipos de estas células se deben extraer de una persona para introducirla en otra, es normal que no causen la reacción esperada.

“Por eso los primeros pacientes en los cuales se utilizaron células madre de la médula ósea de otra persona, murieron casi todos, porque reaccionaban a las células madre que no eran de ellos”, indica.

Lo ideal es que se utilicen las células madre adultas, que se consiguen en la misma persona, en todo el cuerpo, indica.

Lo que se usa hoy día. El doctor Álvaro Skupin, quien además de trabajar en Santo Domingo tiene su clínica en Miami, cuenta que hace unos años se descubrió que las células madre adultas se consiguen en mucho más cantidad en el tejido adiposo o grasa del cuerpo. “Estas se usan para más enfermedades, su uso es más frecuente. La grasa está abriendo un horizonte para usarla como terapia para múltiples enfermedades”.

Las ventajas de estas es que la grasa se puede reponer fácilmente (la gente vuelve a engordar) y casi nadie la quiere dentro de su cuerpo.

Skupin, quien se especializó en células madre del tejido adiposo, señala que se está utilizando mucho en la estética, pero también en la ortopedia y para tratar y curar enfermedades como artritis, Alzheimer, autismo, diabetes, esclerosis múltiple, infartos del corazón, pérdida de visión, embolismo cerebral, asma… “Lógicamente en unas da más resultados que en otras, pero es casi imposible saber de una enfermedad y que alguien no haya hecho algo con las células madre para tratarla”, asegura.

Aconseja no manipular las células madre porque se corren riesgos. Esto puede cambiar la estructura o la naturaleza de las células madre. “En Estados Unidos, por ejemplo, si utilizas células madre de una misma persona, la utilizas el mismo día y no las manipulas, no hay regulación por la FDA. Porque no hay rechazo, no le puede hacer daño a nadie, siempre y cuando haya buena práctica médica”, dice el especialista.

Skupin indica que puede hacerlo “cualquier médico que esté entrenado en el tema, que tenga buena práctica médica, que lo haga el mismo día, en el mismo lugar y lo haga sin donantes”.

Tratamiento. Explica que se hace normalmente con una simple inyección. Las personas van a hacerse su tratamiento por unas cuatro o cinco horas y luego pudieran irse al trabajo.

“Un tratamiento como este vale desde unos 3,000 a 12,000 dólares”, dice.

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