Cementerio de Las Terrenas, un nicho del abandono

Cementerio de Las Terrenas, un nicho del abandono

 Las Terrenas, Samaná  En el cementerio  municipal local hay que tener cuidado al pisar pues fácilmente uno está encima de una tumba, sobre todo de un infante.  Allí son sepultados  los cadáveres de niños y niñas sin  siquiera una lápida que los identifique  y en las que conste su  fecha de nacimiento y  de deceso.

Según el vigilante Bautista de la Cruz, las pequeñas tumbas en su mayoría son de  cadáveres de niños de familias  muy pobres, sobre todo de origen haitiano, que abundan en la zona.

“Se les mueren niños de dos meses, un año y así y  no tienen cuartos  con qué hacerles un nicho y se entierran así”, dijo  De la Cruz.

Las tumbas se identifican por un promontorio de tierra y  unas pequeñas  plantas características del lugar.

Abandono.  Pero a esta situación deprimente se suma el estado de suciedad y deterioro que se observa en este cementerio.

Maleza, basura y hedor de algunas tumbas rotas para robar. La mayoría de los nichos    están abandonados.

Y, aunque De la Cruz trata de defender la gestión del ayuntamiento municipal en el mantenimiento de ese espacio, las condiciones en que se encuentra no resisten defensa alguna.

El cementerio ya no tiene espacio en el suelo para hacer nuevas tumbas, por lo que para enterrar los cadáveres se levantan nichos de concreto, aunque son pocos y su construcción,  apenas iniciada, está paralizada.

Contrastes.  El cementerio de Las Terrenas  refleja la falta de ordenamiento territorial que afecta al país, con el agravante  de que se encuentra  en un polo turístico. El  camposanto  se encuentra a orillas de la hermosa playa de Las Terrenas y próximo a establecimientos hoteleros, bares y restaurantes, reflejando un contraste y un desorden. Y como quien quiere esconder el sucio, como los escrúpulos  de María Gargajo,  sus murales exteriores tienen bellas  ilustraciones  educativas mientras  su interior es un verdadero nicho del abandono.

Las claves

A. Faltan caminos

Caminar por el camposanto  es difícil pues no existen paseos internos, sino “caminitos” con mucha maleza. En ocasiones hay que pisar las tumbas de los niños o subirse a las grandes para cruzar de un lado a otro.

B. Hedor

Algunas tumbas presentan fisuras por donde se escapa el  hedor  de los cadáveres. Otras han sido  saqueadas para robar las cajas de los muertos.

Un Barón reducido

El cementerio  fue inaugurado con el cadáver de un hombre que fue encontrado muerto en la playa, previo a la Era de Trujillo. Se decidió enterrarlo allí y así se convirtió en un camposanto. Pero  esta primera tumba conocida como “El Barón del Cementerio”, ya que fue la primera persona enterrada allí, no constituye un espacio para mitos mágico-religiosos, pues sólo se reconoce por un tronco clavado donde  fue sepultado

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