Cementerios estuvieron desiertos ayer Día de Difuntos

Cementerios estuvieron desiertos ayer Día de Difuntos

María Delgado lee pasaje Biblía en tumba. Arlenis Castillo.

Fieles difuntos. Pocas personas acuden a cementerios a rendir cultos

Pocas personas acudieron ayer a los cementerios a rendir culto a sus seres queridos que dejaron esta tierra, al celebrarse el Día de los Fieles Difuntos, lo que se comprobó durante recorridos por el Cristo Redentor, Nacional de La Máximo Gómez, Cristo Rey, Jardín Memorial, Municipal de Villa Mella y Cristo Salvador.


En el Cementerio Nacional Máximo Gómez a media mañana de ayer el tráfico de vehículos para entrar y salir era normal, contrario a otros años cuando hay taponamientos en sus alrededores.
Los propio ocurrió en los cementerios Cristo Redentor y Cristo Salvador, los dos más grandes del gran Santo Domingo, donde el tránsito fluía sin ningún inconveniente.

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Practica de rito frente Varón Cementerio Villa Mella.


Estefanía Jiménez, vendedora de flores en el Máximo Gómez, consideró que este ha sido el peor año para la venta de esa mercancía en los 15 que lleva en esa labor.
Mientras que María Campusano, vendedora de velas en el mismo lugar, expresó que en sus 30 años de labor no había visto un año con tan pocos clientes como en este.


Atribuye pocas visitas de personas al campo santo a que muchos temen a la pandemia de la Covid-19, además de que el Día de los Difuntos cayó martes, y que si hubiera caído fin de semana la situación fuera diferente.
Cabrera Martínez, albañil del Cristo Salvador se quejó de las pocas actividades en el cementerio en el Día de Los Muertos, por lo que ayer se mantuvieron prácticamente inactivos, sentado al lado del Varón del Cementerio.


Martín Núñez, con 28 años vendiendo flores en la entrada de la avenida Monumental que conduce hacia el Cementerio Cristo Redentor, prácticamente no había vendido nada cerca del mediodía, por las pocas visitas de personas a ese campo santo.

Al recorrer el Cristo Redentor se comprobó poco público, incluso tumbas como las de los doctores Joaquín Balaguer, José Francisco Peña Gómez y otros políticos, no contaban siquiera con flores, lo que indica que nadie los había visitado.


Rafaela Delgado, limpiaba la tumba de su hijo Julio César Abreu Delgado, de 46 años, en el Cristo Redentor, quien murió de Covid-19 hace un año y seis meses. Su hijo murió en abril del año pasado.