POR YOANY CRUZ
En un ambiente de confraternidad, los miembros de la Fundación Loyocán ofrecieron en el restaurante Scherezade, su tradicional cena benéfica anual, pro fondos para las becas Miguel Torrón Álvarez.

A la actividad benéfica asistieron amigos que año tras año participan de la misma y que colaboran con la entidad desde su fundación, poniendo de manifiesto la frase bíblica de Mateo 25,35 que reza: “Porque tuve hambre y me dieron de comer, tuve sed y me dieron de beber, era forastero y me acogieron”.

Los invitados a la cena fueron recibidos por la junta directiva de la Fundación Loyocán, integrada por las parejas Raymundo y Vicky Acra, Ramón y Virginia Alma, José Ramón y Noris Bello, Gaetano y Roxana Bonarelli, Mario y Angélica Ginebra y José y Evelyn Vicente.

Al ofrecer los saludos de bienvenida, Mario J Ginebra, presidente de la Fundación, agradeció la generosa colaboración, ya que la entidad se nutre del aporte de los colaboradores y de los fondos que recauda con las actividades que realiza anualmente.

Recordó que a mediados de la década de los noventa, un grupo de parejas de padres de alumnos del colegio Loyola iniciaron una hermosa labor social en auxilio de los más necesitados de alimentación, salud y educación con la asesoría espiritual de monseñor Amancio Escapa y los reverendos José Antonio Esquivel y Víctor Hernández.

Durante la cena los comensales fueron deleitados con las melodías instrumentales interpretadas por la Scherezade Band.

El bufé

Los invitados a la tradicional cena de la Fundación Loyocán degustaron un bufé compuesto por: cebiche de pescado, berenjena caribeña, arroz con almendras, pechuga albernú, filete de paté, torteloni gorgonzola, penne putanesca y pastelón de papas relleno de plátano maduro, acompañados de vino blanco y tinto, whisky y refrescos.