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La Fundación Dominicana de Cardiología ofreció su trigésima novena cena anual pro fondo para el Instituto Dominicano de Cardiología
POR YOANY CRUZ
Con el interés de recaudar fondos para el Instituto Dominicano de Cardiología, la Fundación Dominicana de Cardiología (FDC) realizó su trigésima cena anual del corazón, que reúne a personalidades que muestran su solidaridad con la entidad.
La cena se ofreció en el salón La Mancha del hotel Barceló Lina, que lució una decoración en corazones creados a base de globos rojos que es el color que identifica al corazón.
A su llegada, los invitados eran recibidos por el doctor Héctor Mateo, presidente de la FDC; Danilo Núñez Velázquez, vicepresidente; Genarina Pérez de Franco, vocal, Nieve de Domínguez y Ramona Luna de Amparo, esposas del tesorero Aurelio Domínguez y el secretario Wilson Amparo, respectivamente.
Héctor Mateo, al inicio de su discurso dijo que “al celebrar la cena del corazón número 39 cabe preguntarse si ha valido la pena esta tenaz, dura e ininterrumpida lucha de 40 años para cuidar el corazón de los dominicanos y la respuesta es si”.
Destacó que no sólo pueden palparse los beneficios materiales de la obra, construir desarrollar y mantener el Instituto Dominicano de Cardiología, uno de los centros de vanguardia de la cardiología dominicana, asistiendo a la población más desprotegida con los recursos más modernos de la ciencia y la tecnología cardiológico, como es el contar con el primer laboratorio de electrofisiología para el tratamiento de las arritmias del corazón.
“A todo esto se agrega la incansable labor educativa de la Fundación, orientada hacia la población general y la labor docente de la Residencia de Cardiología del Instituto para formar cardiólogos y para el entrenamiento de estudiantes de diversas escuelas de medicina”, expresó.
En su discurso, al agradecer el apoyo y la generosidad que por tantos años han recibido de todos los sectores de la sociedad dominicana, el trato afable de la gente, las sonrisas cuando solicitan su colaboración y las manifestaciones de solidaridad como la que le dispensado durante 39 años con su presencia en la cena del corazón.
