Cenicienta en
presupuesto del 2010

Cenicienta en<BR>presupuesto del 2010

Desde hace años la asignación que al sector turístico se le consigna en la ley de Presupuesto, se ha mantenido congelada y su monto no guarda relación con la importancia vital del turismo en la economía y estabilidad del país. Para el presupuesto del 2010 se volvió a caer en la misma rutina de marginación contrastando con la generosidad presupuestaria para otras áreas, que son cargas para el país, por la inoperancia e inutilidad de las mismas.

La razón del trato discriminatorio al turismo es la creencia de que la actividad turística está más organizada por empresas extranjeras o mixtas, arriesgándose con sus recursos para consolidar una actividad que le asegure una buena rentabilidad.

 Y es que muchas veces no hay cabida para que la mano de los políticos se meta a lo hondo, al menos que no sea para aprobar congresualmente un préstamo para la ejecución de determinado proyecto, necesitado del aval ejecutivo o legislativo.

Con más de 66,000 habitaciones hoteleras, esparcidas en su mayoría en las hermosas costas dominicanas, el turismo caribeño del país supera con creces al que se registra en otras islas de la región así como al de la costa mejicana de Cancún.

Cada día se anuncian nuevas inversiones en hoteles, villas, campos de golf y otras obras conexas, mientras la repuesta de los gobiernos ha sido siempre tímida y retrasada para atender las demandas de servicios, que la actividad genera, especialmente en carreteras, calles, acueductos, plantas de tratamiento de aguas servidas y electricidad.

Después de varios años, en que se intentó iniciar la construcción de la Autopista del Coral, es ahora que se inicia con los inefables préstamos brasileños, que con generosidad, contribuyen a aprobaciones rápidas de sus créditos.

Esa autopista estuvo afectada de intereses que incidieron en su retraso y demoras patrocinadas por grupos para que no se iniciara el proyecto, tal como sucedió con el boulevard de Punta Cana-Bávaro-Macao, que por razones políticas se despojó al contratista original de esos trabajos, ya que no obedecía a las apetencias de los funcionarios de turno.

Ha sido necesario recurrir a numerosos préstamos para atender las carencias y demandas más sentidas del sector turístico, que pese a las divisas que genera, por encima de los $4 mil millones de dólares anuales, la timidez oficial se refleja para no corresponder al esfuerzo de los hoteleros que arriesgan capitales y garantías para, esperanzados, recuperar esas inversiones en un tiempo razonable.

Esa inconstancia oficial, en los entornos de los resorts, provoca serios dolores de cabeza a los hoteleros cuando no pueden sacar a los turistas de los mismos para que conozcan al país, ya que los alrededores están asquerosos, vías intransitables y aglomeración de haitianos con sus peculiares comportamientos, impactando negativamente en quienes llegan por el aeropuerto y se dirigen a los resorts de Bávaro.

Por tanto, la asignación presupuestaria, debería ser mucho mayor a la cifra congelada de los 960 millones de pesos y así el gobierno demostraría que le interesa el turismo, sin hacerlo tímidamente, con acciones destinadas a que sean los hoteleros que emprendan los trabajos para consolidarlo como la principal fuente de divisas del país.

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