De que en todas partes se cuecen las habas no hay dudas y de que muchas veces las habas están más duras que el fuego que debe ablandarlas, menos.

Más o menos pensaba esto mientras leía un SOS de un grupo de periodistas que trabajan en la redacción del noticiario del canal español Antena 3 y que se quejan de sentirse reprimidos en dicha cadena y coartados a la hora de trabajar las informaciones. Prefieren quedarse en el anonimato por temor a “represalias como las que han empleado

en el pasado”, pero eso no les quita el valor para denunciar la censura informativa y el control político de que son objetos “en la redacción de informativos de Antena 3”.

Aquí se ha hablado una y otra vez de la utilización del canal nacional en beneficio de los intereses del gobierno de turno, sea quien sea y del partido que sea, pero los que vivimos en el tercer mundo siempre creemos que eso es cosa de nuestra “democracia latinoamericana”. Hemos visto que en el marco de las informaciones que se difunden en el canal nacional (CERTV) nuestro querido amigo José Tejada Gómez mantiene una digna objetividad y un evidente respeto al televidente y, como no, al estamento que lo rige. Quizás eso que ahora pasa en España, sea más evidente en otros noticiarios y no en el del canal 4.

[b]La BBC también…[/b]

Es increíble lo que pasa en nuestro mundo. La BBC de Londres, que es para nosotros los latinos y probablemente para todo el mundo un verdadero ícono en la comunicación y en la producción de buenos reportajes y noticias veraces y exclusivas que inciden en la política económica y social, no solo de Inglaterra sino de casi todo el primer mundo y con reflejos palpables en todos los lares, está en peligro.

Es que el gobierno británico tiene ya muchos cráneos encendidos buscando la mejor fórmula para desmantelar a la BBC y para quitarle su estatus independiente de manera que pueda ser más fácilmente controlada por el estado.

Todo es culpa de la polémica que le enfrentó con la radiotelevisión británica en torno a la guerra en Irak, según sostiene The Sunday Times.

Las pretensiones son “cambiar la estructura actual de la televisora para dividirla en distintas entidades para Inglaterra, Escocia, el País de Gales e Irlanda del Norte”.

Esto le permitiría al gobierno inglés ejercer un mayor control de los contenidos, cerrar los mercados de la BBC que no se consideren “servicios públicos” e incluso obligar a la corporación a vender algunas de sus licencias.

La televisora inglesa pierde la independencia total en su política programática, investigativa e informativa durante mantenida durante los 82 años de su existencia, (funciona con dinero público) porque en estos tiempos el poder no es sinónimo de libertad, sino de control.