Centenario de la Primera Guerra Mundial

Centenario de la Primera Guerra Mundial

África y Asia Menor, IV.

En Europa, el frente occidental se mantenía estático, ni Alemania podía con Francia, ni ésta con Alemania; el oriental se esfumó luego de la toma del poder por Lenin y la firma del Tratado de Paz de Brest-Livostok. Asia Menor, con las inmensas posesiones otomanas, era objeto de la ambición de Francia y especialmente Inglaterra que ocupaba Egipto; de El Cairo planeaban tomar una buena parte del territorio osmanita.

Las fuerzas británicas en El Cairo gozaban de una localización estratégica excepcional para levantar inteligencia sobre las tribus árabes: sus califas, sultanes, emires, fuerzas militares y rencillas entre ellos. Recordemos que el ejército inglés tenía en el territorio árabe a G. E. Lawrence, posteriormente conocido como Lawrence de Arabia. Este oficial convivía con diversas tribus árabes, había aprendido su idioma y establecido amistad con Hussein, Emir de la Meca, así como con su hijo Feisal. Lawrence fue una figura clave en la estrategía para la toma de la ciudad de Aqaba, en el golfo del mismo nombre, conquista que fue facilitada porque el imperio otomano se había sobrextendido, por tanto, algunas de sus posesiones, especialmente las más lejanas, tenían escasa protección militar. En adición, las tropas árabes atacaron desde el desierto cuando los turcos esperaban la invasión marítima tradicional.

Mark Sykes, funcionario inglés, había recorrido los territorios de: Irán, Iraq, la península Arábica, Siria y Palestina; con lo que se “reconocía” como experto en los asuntos arábicos, así que sobre un mapa trazó, dividió, y parió naciones sin tener en cuenta su etnicidad y lazos tribales, sino siguiendo los intereses de su patria y la necesaria cooperación con Francia. Al leer los relatos de las negociaciones queda la impresión de que se regateaban vacas o cerdos, no naciones milenarias como las que habían ocupado las tierras desde Irán a Mesopotamia y a Palestina, todas cunas de nuestra civilización. Si bien habían sido sojuzgadas, el tira-i-hala en medio de la contienda militar; era indigno y prometedor de futuras guerras. De estas negociaciones resultó el acuerdo Inglaterra-Francia conocido con el nombre de los representantes firmantes: Sykes-Poincaré. Según David Fromkin, en su magnífico recuento de la primera guerra mundial: A Peace to End all Peace (Una Paz Para Terminar Toda Paz), las divisiones y la paz se convinieron según los deseos británicos, quienes habían acordado puntos que no pensaban cumplir, como se verá en el caso de Francia y Siria.

Los ejércitos ingleses, saliendo de Egipto, atacaron los otomanes y fueron repelidos por la acertada dirección de Djemal Pasha. Este gobernador con base en Damasco tenía aspiraciones políticas y, luego de la victoria, se trasladó a Estambul para tratar de deponer al Gran Vizier, cosa que no logró. Inglaterra y Francia recompusieron sus fuerzas, meses después atacaron Damasco por el sur soroeste, mientras por el noreste lo hicieron Feisal con Lawrence de Arabia. Ocuparon Damasco; los franceses fueron los primeros en entrar en la ciudad, sin embargo, Lawrence declaró en una reunión en Londres convocada para decidir la suerte de Siria que fue Feisal. La decisión de cuáles fuerzas llegaran primero era un punto importante en el acuerdo Sykes-Poincaré. De este modo, las posesiones francesas quedan limitadas al Líbano y la franja costera mediterránea, Siria queda en posesión árabe con la protección inglesa.

Otra campaña digna de mención fue la invasión inglesa entrando por Shatt al-’Arat, la vía fluvial donde la desembocan de los ríos Tigris y Éufrates. Tropas inglesas de la India derrotaron los emplazamientos otomanos en el delta y el tramo inferior de la Mesopotamia, marcharon a Baghdad siguiendo el curso del Tigris. Las áreas de la baja Mesopotamia, especialmente las próximas a los ríos eran marismas, pantanos, por tanto, el abastecimiento de las tropas que avanzaban resultaba cada vez más difícil. Los ingleses eran comandados por el general John Nixon que había llegado en abril de 1915 y tenía al frente de las tropas al general Towsend, más experimentado en asuntos de campo. A unos 30 kilómetros de Baghdad esperaba el Mariscal de Campo Colman von der Goltz, considerado uno de los más brillantes estrategas de su tiempo, quien comandaba las tropas otomanas de Mesopotamia. Los ingleses contaban con 4,500 soldados mientras los turcos 13,000 y estaban recibiendo otros 30,000 de refuerzo. La derrota infligida a los soldados ingleses de la India fue devastadora.

 

Los otomanes habían ocupado territorios rusos que hacían frontera con Turquía, Azerbaiyan, Armenia y otros. En Armenia se atribuye a Turquía, que lo niega, haber cometido una horrible masacre, al día de hoy motivo de acres recriminaciones entre esos países. Cuando todo esto ocurriría en Asia Menor, Rumania se derrumbó y solicitó un armisticio, aquí empezando el fin de la Primera Guerra Mundial.

 

 

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