Cien años han transcurrido desde aquel día venturoso de 1920, cuando un monje hindú llegó a América comprometido con una misión de alta trascendencia. Un mandato divino, insospechado para los transeúntes que miraban curiosos su indumentaria, el turbante y túnica de un ocre anaranjado como las hojas maduras del otoño que pronto refrescaría el puerto de Chelsea, donde desembarcó.
Swami Yogananda, de 27 años, arribó a Boston el 19 de septiembre, después de una travesía de dos meses a bordo del City Sparta, primer barco de pasajeros que viajaba de la India a los Estados Unidos al cese de la Primera Guerra Mundial.
No llegaba tras el sueño americano en un país donde la prosperidad atraía miles de migrantes, sobre todo de una Europa deprimida por la postguerra. Su espiritualidad lo alejaba del desmedido materialismo que obnubila la mente y envuelve el alma en velos de ignorancia.
Llegó como delegado de su India natal al Congreso Internacional de Religiosos Liberales, celebrado en Boston. Sin embargo, su misión en América y desde allí al mundo, era otra: difundir la ancestral espiritualidad hindú, el Kriya Yoga, técnicas científicas de meditación que permiten una comunión personal con Dios.
Y lo logró con creces, protagonizando una epopeya espiritual que sigue transformando vidas en los cinco continentes, legando al mundo una extraordinaria obra espiritual y humanitaria a la que consagró su existencia.
“Vine a América sin un solo amigo, pero allí los encontré a millares”, dijo años después Paramahansa Yogananda, el gran santo y maestro yogui, con seguidores de todas las latitudes que conforman la gran familia espiritual de Self-Realization Fellowship/ Yogoda Satsanga Society (SRF-YSS, entre ellos cientos de dominicanos y dominicanas residentes en el país y en el exterior.
Una hermandad de almas, devotos de todas las clases sociales, de diferentes ámbitos de la vida, tradiciones de fe y culturas, atraídos por la sabiduría de este maestro iluminado.
Un Dios único. Su voz vibrante resonó en el Congreso, el 6 de octubre de 1920, al disertar sobre “La ciencia de la religión”, la cual concebía sobre una base a la vez universal y profundamente personal. Reverenciaba todos los credos como diversos caminos hacia el Dios Único.
Lo más importante, precisó, es que existe un método práctico para despertar los poderes intuitivos latentes de la percepción de Dios. Consiste en técnicas para controlar conscientemente la fuerza vital, el Kriya Yoga, en el que inició a unas 100,000 personas, entre ellas Mahatma Gandhi.
Convertido en un preeminente líder espiritual, fue un promotor de la unidad entre Oriente y Occidente a través de los lazos perdurables del entendimiento espiritual.
Preconizaba la armonía existente entre las enseñanzas del cristianismo y el yoga, como originalmente las formularan Jesús y Krishna.
En Boston, donde permaneció cuatro años, fundó en 1920 su primer centro de meditación y a SRF, la cual conmemora un siglo difundiendo sus enseñanzas. contenidas en libros, revistas, lecciones y películas.
En lo adelante, iba y venía en tren de una a otra ciudad de Estados Unidos, país que recorrió entre 1924 y 1935 dando conferencias, llenando los más grandes auditorios, desde el Carnegie Hall, de Nueva York hasta el Philarmonic Auditorium, de Los Ángeles, California.
El diario Los Ángeles Times informaba el 28 de enero de 1925: “El Philarmonic Auditorium presenta el extraordinario espectáculo de miles de personas […] que, una hora antes del comienzo de la conferencia, han sido informadas de que no podrán entrar, pues la sala de 3.000 asientos ya se encuentra repleta”.
La atracción es Swami Yogananda, un hindú que ha invadido los Estados Unidos para traer a Dios al seno de una comunidad cristiana”.
Ese año estableció en Los Ángeles la sede internacional de SRF, continuando su obra, la sociedad YSS que en 1917 fundó en la India.
Creciente expansión. Conferencista que abarrotaba auditorios con un mensaje que imantaba a las almas, autor de decenas de libros, Yoganandaji no tuvo tregua en pos de su misión, impartía clases, dirigía oficios y retiros, creaba templos, ashrams, centros de meditación.
Infatigablemente, venciendo ingentes obstáculos que se diluían con la protección divina prometida, vio expandirse por todos los confines sus liberadoras enseñanzas en busca de la realización del Ser.
Se diseminaron por América Latina, a raíz de su visita a México en 1929, llegando años después a República Dominicana, donde en 1962 se fundó la Asociación de Auto-Realización, filial de SRF, con centros en Santo Domingo, Santiago y un retiro en Blanco, Bonao.
Al volver en 1935 a la India, visitó a su Gurú, Sri Yukteswar, quien ese año le confirió el más alto título espiritual hindú: Paramahansa, «cisne supremo», símbolo de discernimiento espiritual, otorgado a quien ha alcanzado el estadio más elevado de unión con Dios.
A su regreso en 1936 a Estados Unidos, se concentró en escribir los libros que llevarían su mensaje a las generaciones futuras, y a consolidar los cimientos de la obra de SRF/YSS.
Para quienes tuvieron una relación personal con el Maestro era evidente que su grandeza residía no solo en la sabiduría profunda de sus enseñanzas, sino también en el amor y la compasiva comprensión que emanaba de su ser, como expresara Sri Daya Mata.
“Una inefable dulzura colmaba cada una de sus palabras, sus miradas y sus gestos, y uno sabía, más allá de toda duda, que su amor no conocía límites o condiciones”. “He visto cómo el fuego del amor a Dios que emanaba de su ser e inflamaba mi corazón despertaba de manera similar el amor divino en incontables corazones, confiriendo así la bendición de su transformadora luz”.
“Toma lo mejor de ambos”
Un día de 1920, mientras Swami Yogananda meditaba en su escuela de Ranchi, en la jurisdicción de Calcuta, tuvo la revelación de que había llegado el momento de iniciar su misión en Occidente. Multitudes de rostros americanos pasaban por el escenario de su conciencia, cuando uno de los alumnos del centro, irrumpió con toques a la puerta.
Tengo nuevas para ti, el Señor me llama a América, le dijo el swami. ¿A América?, exclamó el niño con gran asombro, como si le dijera que iría a la luna.
Las lágrimas asomaron al despedir los niños antes de tomar el tren hacia Calcuta. Al día siguiente, como si todo estuviera programado, recibió la invitación para un Congreso en Boston, Massachusetts. Buscando las bendiciones y seguridad de que no se perdería en el utilitarismo moderno, se sumergió en un largo período de oración. La respuesta llegó con la presencia de Mahavatar Babaji, el Yogui-Cristo de la India moderna, confirmándole su destino en América.
Tú eres a quien he elegido para difundir el mensaje de Kriya Yoga en Occidente. Esta técnica científica de realización para conocer a Dios terminará por difundirse en todos los países, ayudando a unir a las naciones por medio de la trascendental percepción personal que el hombre obtendrá del Padre Infinito.
Antes de partir, visitó a su Gurú, al que planteó su aprensión al tener que disertar en el congreso y no dominaba el inglés ni la oratoria. Sri Yukteswar disipó su temor, asegurándole que contaba con la protección divina. Luego le dijo:
__Olvida que has nacido hindú y no seas tampoco americano. Toma lo mejor de ambos. Sé tú mismo, tu verdadero ser, un hijo de Dios. Busca incorporar en tu ser las mejores cualidades de tus hermanos diseminados en todos los lugares de la tierra, en las diferentes razas.
Sus palabras cayeron en tierra fértil.
LAS CLAVES
- SRF celebra centenario
El año 2020 marca un hito en la historia de SRF, entidad que inició la conmemoración del centenario el pasado 5 de enero, natalicio de Paramahansa Yogananda. El 11 de ese mes celebró una meditación especial de todo el día, sucedida por otros eventos a partir del domingo 19 de enero, entre ellos los del 21 de junio, Día Internacional del Yoga, todos transmitidos en línea desde que SRF cerrara sus templos al público a causa del Covid-19. La Asociación de Autorrealización de Santo Domingo también suspendió sus meditaciones presenciales, ofreciendo los domingos un servicio devocional en línea de 10:00 a 11:00 a.m.
2 Convención
La Convención Mundial de SRF, este año con temática relativa al centenario, se efectuó en forma virtual del 9 al 15 de agosto, con la participación de devotos de todo el mundo. Como en las demás actividades conmemorativas, seguidores de Yogananda en RD lograron una renovación interior a través de este evento, el cual fue establecido en 1950 por Yoganandaji. Anualmente se celebraba en Los Ángeles durante una semana, con la presencia de devotos de diversos países, salvo 2020, por la pandemia. - Fecha histórica
Precedida y sucedida por meditaciones conmemorativas en varios idiomas, el 19 de septiembre se transmitió en vivo una ceremonia desde el Piers Park, a lo largo del puerto de Boston, por donde llegó Paramahansaji. En esa fecha histórica, pronunció un discurso el presidente de SRF/YSS, el Hermano Chidananda. A seguidas se inició una meditación de 24 horas, conducida por monásticos. - Origen
Mukunda Lal Ghosh (Yogananda) nació en Gorakhpur, India, en 1893 en el seno de una devota familia bengalí, evidenciando desde niño su gran espiritualidad. Al licenciarse en letras en la Universidad de Calcuta, ingresó en la Orden Monástica de los Swamis de la India, adoptando el nombre de Yogananda, que significa bienaventuranza (ananda) a través de la unión divina (yoga). - Autobiografía
Su vida quedó plasmada en su libro Autobiografía de un Yogui, que publicó en 1946, y bastante ampliado por él en ediciones posteriores. Un best seller, un clásico de la literatura espiritual, editado sin interrupción y traducido en numerosos idiomas. Varias de sus obras tratan de armonizar yoga y cristianismo buscando paralelos entre ambas enseñanzas. - Sucesores
Desde sus primeros años en EE.UU, contó con discípulos que le acompañaron toda la vida, entre ellos los que designó sus sucesores espirituales y posteriores presidentes de SRF: Rajarsi Janakananda y Sri Daya Mata. Su obra cuenta con la guía y servicio de los miembros de la Orden Monástica de SRF, que el Maestro fundó para entrenar a quienes la proseguirían y preservarían su pureza. Monjes y monjas de la Orden Monástica de SRF realizan diversas tareas en los ashrams, visitan templos, centros de meditación esparcidos por el mundo, dando conferencias, clases e iniciación en Kriya Yoga.