Las Organizaciones sindicales dominicanas Confederación Autónoma Sindical Clasista (CASC), Confederación Nacional de Trabajadores Dominicanos (CNTD) y Confederación Nacional de la Unidad Sindical (CNUS) estimaron ayer que el año 2020 ha sido un año de calamidad económica y social para los trabajadores y los grupos sociales más pobres de la población, como resultado de la crisis sanitaria generada por la pandemia del covid-19.
Entienden que la pandemia ha sido un gran desafío para las políticas públicas en salud quedando demostrada la debilidad institucional del sistema y el riesgo en que laboraron los trabajadores de la salud como “soldados en un campo de batalla sin armas” según los gremios del sector, cuando se les empujó a lo desconocido desprovistos de protección de biodiversidad.
Lamentaron que en el país las políticas de salud y seguridad en el trabajo sean tan precarias, donde los trabajadores de todos los sectores productivos quedaron expuestos a riesgos físicos y psicosociales tanto por el contagio como por enfermedades ocupacionales derivadas de las presiones que las circunstancias imponen en sus centros de trabajo y en el movimiento de traslado a los mismos.
Jacobo Ramos, Gabriel del Río y Rafael Abreu, presidentes de CNTD, CASC y CNUS, respectivamente, prevén que el desempleo puede encaminarse hasta un 16% por despidos, desahucios o suspensiones en los puestos de trabajo formales y de los trabajadores informales que están semi-paralizados.
Las razones de pérdida de puestos de trabajo fueron por el cierre total o parcial de empresas por el confinamiento, por transformación del Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS) en Instituto Dominicano de Prevención y Protección de Riesgos Laborales (Idoppril), sin que hasta la fecha cientos de trabajadores hayan recibido sus prestaciones laborales, miles de servidores públicos del gobierno central, entidades autónomas y alcaldías que por cambio de autoridades injustamente han perdido sus puestos de trabajo.
Señalaron que que el sector turismo ha sido el más golpeado, porque tuvo un cierre total durante varios meses que laceró la vida económica y social de más de medio millón de trabajadores formales e informales que laboran en esta actividad económica.
Observaron los sindicalistas que se requiere de un aumento salarial con un sistema salarial nuevo que termine de una vez por todas con la inequidad que existe en materia de salarios y que cada vez reduce aun más el poder adquisitivo.