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La situación de los trabajadores migrantes se hace cada vez más vulnerable en la República Dominicana debido a la falta de mecanismos institucionales para asegurar la vigencia de sus derechos.

El tema fue analizado ayer durante  un panel en el Centro Bonó por el sociólogo Wilfredo Lozano y la abogada Noemí Méndez.

Para los analistas del Centro Bonó, la situación de irregularidad migratoria en que viven los trabajadores migrantes haitianos, así como el contexto social de discriminación, llevan a que las relaciones entre trabajadores y patrones estén plagadas de  de informalidad y violación a derechos fundamentales.

Se estima que alrededor del 80% de la mano de obra total de  los sectores en su conjunto, aporta cerca del 14% del Producto Bruto Interno del país.

En la actividad en la que se analizó la situación de vulnerabilidad de los trabajadores extranjeros, estuvieron representantes de los 112 trabajadores de la empresa coquera del kilómetro 5 de San Cristóbal, propiedad del empresario Rafael Emilio (Villo) Luna, la cual cerró  sin liquidar a los trabajadores.

 Las autoridades actúan como si desconocieran sus derechos en el mercado laboral dominicano, asegura un documento entregado.

“El procedimiento ordinario para regular el flujo migratorio que siguen las autoridades no responde ni al perfil de la población migrante, ni a los intereses de los empresarios dominicanos que necesitan esta mano de obra para poder desarrollar sus actividades productivas”, comentan especialistas del Centro Bonó. Ven necesario que se simplifiquen los procedimientos de regulación..