Centro Cuesta Nacional, mecenas de la cultura en Santo Domingo

Centro Cuesta Nacional, mecenas de la cultura en Santo Domingo

Con el desarrollo cultural del país deben contribuir no solamente las instituciones gubernamentales sino también todas las entidades del sector privado que estén en condiciones de hacerlo, que son muchas.

Esa colaboración puede brindarse en diferentes formas: financiando actividades, organizándolas directamente, promoviéndolas y hasta simplemente estimulándolas de lejos.

Cuando observamos el panorama actual de la cultural nacional, apreciamos cierto dinamismo, esto es, apreciable volumen de actividades -aunque prácticamente concentrado en la capital- que deja resultados positivos y evidencia que no existe parálisis en este orden.

Desde la esfera oficial, ese tren lo empuja desde hace seis años -con limitados recursos, pero con mucho ingenio- un mocano siempre joven (a pesar de sus ya 60 años de edad) colocado en la cima del Ministerio de Cultura, quien se mueve con moderación y sin estridencia.

Convendría un análisis minucioso de la actividad cultural de la nación para establecer cuáles entidades del sector privado están aportando energía a la locomotora intelectual y de las bellas artes.

Si ésta revisión se hace, no tengo dudas de que Centro Cuesta Nacional (CCN) afloraría de inmediato entre las diez que más efectiva contribución están ofreciendo en ese renglón, con la particularidad de que con ello -en su caso- no busca propósitos comerciales ni procura beneficios económicos.

En su base principal de operaciones (avenida 27 de Febrero esquina Abraham Lincoln), CCN mantiene desde hace mucho tiempo una librería que, por donde quiera que usted la mire y estudie, es la más importante de Santo Domingo: librería Cuesta.

Su oferta es voluminosa y de mucha variedad; tiene lo más actualizado del mundo editorial internacional; espacio amplio y moderno; an1biente confortable. Todo con el glamour de los establecimientos similares de Europa y las grandes ciudades de los países desarrollados.

El negocio de los libros -eso lo sabe todo el que está familiarizado con el mundillo cultural- tiene márgenes de beneficios muy reducidos y mantener una librería con ese standard de calidad es mas bien, un sacrificio. Un dominicano cualquiera, con un signo de peso en la frente, se daría cuenta con tan solo ver de reojo esta librería, que este espacio dejaría mejores utilidades si se dedicara a otros menesteres mercantiles. Pero los dueños de CCN no lo ven  así. Quieren envolver de cualquier manera (y la librería es una de ellas) el favor por la acogida del territorio dominicano.

El foro.  Pero no es por esta librería que CCN debe figurar en la lista de las instituciones contribuyentes con la cultura, sino por mantener dentro de ella el foro Pedro Mir, un área cómoda, apartada, amena, bien equipada, climatizada, que sirve de escenario día tras día, todo el año, a las más variadas y valiosas actividades intelectuales de Santo Domingo.

Libro que se edita en esta capital, libro que se quiere poner en circulación allí. Charlas, mesas redondas, tertulias de nivel, encuentros de grupos locales y provincianos, etc., se efectúan en este sitio. Pequeño (los perfumes buenos y caros vienen en frascos chicos) pero coquetón.

Mantener una librería como la descrita y un foro de este tipo, es -como quiera que se analice- un esfuerzo merecedor del reconocimiento colectivo.

No conozco bien la historia de la empresa madre, que es hoy de las más conocidas e importantes en el ramo de supermercados y ferreterías, y no sé exactamente cuando nació. Pero desde que mi madre me trajo por primera vez a Ciudad Trujillo (así se llamaba la ciudad) comencé a ver el supermercado Nacional en la avenida Mella, en la acera del mercado modelo. Local pequeño, no podía imaginarse nadie entonces que se transformaría en un mastodonte con diversas sucursales diseminadas por distintos puntos.

Estoy casi seguro -no lo he podido averiguar- que el segundo establecimiento fue el de la 27 de Febrero con Lincoln, que ha ido trasformándose y creciendo y en el que se hizo, poco antes de finalizar la década del 90, la librería Cuesta. El foro Pedro Mir fue inaugurado, si mal no recuerdo, en el año 2002.

Por lo que he podido olfatear, la empresa que hoy se llama CCN fue impulsada desde sus inicios hasta alcanzar la mayoría de edad, por Don José González Corripio, de nacionalidad española. Semi retirado, siempre con buen perfil, sosegado, escudriñador, amable, a Don José se le ve ocasionalmente recorriendo los pasillos de los supermercados, revisando góndolas, corrigiendo entuertos y saludando clientes. Pero está, tengo entendido, semi retirado. El presidente actual de Centro Cuesta Nacional es su hijo mayor, José Miguel González Cuadra, rígido y austero como su padre, pero tenaz y trabajador.

Para ambos vaya nuestra humilde felicitación por sostener librería y foro, con la seguridad de que ésta inquietud es compartida por todos los promotores de la cultura que valorizan esta forma novedosa y de enorme significación de apoyar la actividad intelectual.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas