Centro Cultural Perelló
Una comunidad sin límites

<STRONG>Centro Cultural Perelló</STRONG><BR>Una comunidad sin límites

Es indudable que  República Dominicana se distingue por poseer una red cultural cada vez más ramificada y abarcadora en las disciplinas y producciones artísticas. Tiene otras dos características: perduran una armonía y una colaboración sin problemas entre los sectores público y privado; en ambos comprobamos una total apertura y la ausencia de elitismo en los productos culturales que ofrecen y las demandas que aspiran a provocar y satisfacer. 

Así se  perfila la entrega muy reciente del Centro Cultural Perelló a la ciudadanía de Baní, según las propias palabras de don Rafael Perelló, mecenas y presidente  del complejo cultural, quien, emocionado, recuerda a su padre: “Ese centro constituye un homenaje tangible a su memoria por la contribución decisiva que el mismo significa para la consolidación del rol de Baní en la identidad nacional”.

Surge pues, a la orilla de la carretera, una estructura contrastante con el entorno aledaño, que no solo reunirá difusión, investigación, enseñanza, formación en las humanidades y las artes, sino que encamina el fortalecimiento de una identidad urbana, rural y regional, por el redescubrimiento de las raíces patrimoniales y su fomento. Ello no significa una programación enclaustrada, sino todo lo contrario, integrando valores y presentaciones externas, estableciendo relaciones interactivas que enriquecerán la personalidad y los haberes locales, que estimularán atractivamente al talento natural.

Además –y recordamos a Gabriel García Márquez– cuando se definen, se proyectan, se exaltan situaciones escogidas y espacios asignados, que ofrecen una mirada estética particular, esas adhesiones, esa memoria individual y colectiva, alcanzan paradójicamente una dimensión universal. Cada uno de nosotros y de los otros los siente como suyos.  Eso sucederá en el Centro Cultural Perelló: la comunidad banileja va a convertirse en comunidad nacional y algo más… También lo experimentarán  hasta los beneficiados del turismo cultural, el cual no se ha olvidado en el diseño de los proyectos institucionales.

Un aporte extraordinario.  Sobre todo, entre innovaciones y cualidades, debe acentuarse que no había allí, ni remotamente, una institución dotada de alta tecnología que pusiera las herramientas digitales al servicio del conocimiento del pasado y el presente, y que, en una Mediateca ejemplar, integrara a los jóvenes de Baní al acceso informático y la consulta de Internet como un hecho natural y hoy imprescindible. Tampoco existía en esa comarca una organización comparable, dotada de medios económicos apreciables, estrictamente manejados, o sea una combinación de altruismo, respeto y exigencia que caracteriza a la generosidad de la familia Perelló.

El Centro Cultural Perelló, que se inauguró a mediados de septiembre del 2011, después de años de reflexión, preparación y planificación, corresponde a esos valores fundamentales. Se le auguran los mayores éxitos  por haber construido una verdadera pluralidad de servicios dedicados a la comunidad, donde la belleza, el entretenimiento y la documentación se alían armoniosamente, y con una oferta cultural acorde con las instalaciones y las normas más avanzadas de funcionamiento.

Este logro, sin duda, va a ser ejemplo y modelo permanente, y no dudamos de que, fruto del mecenazgo sobre una tierra familiar, inspire a futuros proyectos similares, constituyendo así una forma privilegiada de contribuir a la indispensable y ascendente descentralización cultural dominicana.

Como bien se señala en la elocuente presentación de la obra y su folleto introductorio, “El edificio del Centro Cultural Perelló es un acogedor complejo con diversos espacios para la realización de actividades que estimulen la creatividad y el intercambio social educativo”.

Importancia de la arquitectura. Estando situado el Centro Cultural Perelló en un terreno a la entrada de la ciudad de Baní, su diseño y construcción fue confiado al arquitecto Pedro Borrell, profesional de alta reputación involucrado en arte y cultura desde hace muchos años, ya autor del edificio del Centro León en Santiago.

La fachada frontal del edificio presenta un extenso muro pantalla, aligerado por los cristales del sobresaliente pórtico central de ingreso: concepción y realización suscitan una impresión de claridad, transparencia y ordenamiento. Esta arquitectura impactante,  de alta calidad y de una modernidad armoniosa, no intimida, invita a entrar.

El primer espacio interior da la bienvenida al público en su área de recepción, y desde esa parte introductoria, se distribuyen los pabellones y el cuerpo principal del edificio. Sucesivos e intercomunicados, componentes arquitectónicos modulares definen formalmente los ambientes que van a disfrutar visitantes y usuarios permanentes. Prevalecen allí una geometría sensible y aquella preocupación por la escala humana que identifican a la personalidad creadora de Pedro Borrell.

A nivel de la calle, nos van acogiendo el gran salón de exposiciones, el confortable y bien equipado auditorio, las unidades de educación, la mediateca y una segunda sala de exposiciones, los espacios polivalentes, la futura cafetería, mientras las oficinas de dirección y administración, encabezadas por el despacho del director, arquitecto Ismael Díaz, están ubicadas en la segunda planta. En un hermoso patio interior, con su estructura circular, la plasticidad de su diseño y el verdor de las plantas nativas, late el corazón del conjunto cultural. (continuará).

La frase

Rafael Perello

La familia Perelló se siente profundamente satisfecha de entregar a la comunidad de Baní el Centro Cultural Perelló, institución que cristaliza el deseo de don Manuel de Jesús Perelló, fundador de Industrias Banilejas C. x A., de dotar a su ciudad natal de una gran biblioteca.”

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