Centroamérica: Regreso a los ochenta

Centroamérica: Regreso a los ochenta

Los recientes acontecimientos ocurridos en Honduras, la mediación del presidente Oscar Arias, la presencia del comandante Daniel Ortega y la penetración de Rusia en Centro y América del Sur, y los países árabes, nos lleva a una retrospectiva de los años 80 y, por lo tanto, al histórico Acuerdo de Paz de Esquipulas II en sus distintas nomenclaturas.

Las tres reuniones para el cumplimiento de los Acuerdos de Esquipulas, para una Paz duradera celebrada en Santo Domingo, República Dominicana, en los años 80 y luego en Centroamérica y Sapoá, visualizaron la determinación de todos a ponerle punto final a la “Guerra de baja intensidad” y lograr el desarrollo y prosperidad de la región.

La correlación de fuerzas políticas que se venía desarrollando iba a llevar al istmo centroamericano, a la “Garganta Pastoril de América”, como nombró en un verso magistral el poeta Pablo Neruda a esta región, a un cambio geopolítico donde prácticamente el único país sin enfrentamientos bélicos era Costa Rica.

Recientemente, hace poco más de dos meses, las cosas han cambiado en Centroamérica de cara a los incidentes políticos de Honduras. El equilibrio de fuerzas políticas era necesario restablecerlo y crear un movimiento de contención ante el avance del pensamiento liberal y el socialismo del siglo veintiuno, de cara al reciente cambio de gobierno en la hermana República de Honduras, lo que obliga a replantearnos una nueva visión de la política y una nueva gerencia de ésta, pues se hace necesario, primero, que Honduras recupere la estabilidad institucional y segundo, que esta crisis no altere la política exterior ni la defensa de los intereses geopolíticos y económicos.

En este sentido, el presidente Leonel Fernández ha hecho un excelente trabajo, ya que sus altos dotes para sortear como intermediario y buscador de soluciones en tantas situaciones en nuestra geopolítica y presidencialismo en Latinoamérica, han evidenciado su capacidad y visión de estadista en la dinámica de las crisis habidas. La voluntad, en este sentido, es de todos, hombres y naciones para que Honduras restablezca su situación y segundo, para que no se desmorone la estabilidad regional.

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