Centros de poder temen
educación sexual escolar

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POR UBALDO GUZMAN MOLINA
El temor a que se imparta educación sexual en la escuela no está en los padres de los estudiantes, sino “en los centros del poder”, planteó ayer la directora de la Asociación Dominicana Pro-Bienestar de la Familiar (Profamilia).

Expresó que esos sectores, a los que no identificó, quieren que predomine el conservadurismo y el tradicionalismo “y pretenden mantener el control, el poder y la opresión”.

A su juicio, la impartición de la educación sexual en las escuelas supone cambiar la cultura del sistema de maestros formados con todo el lastre de la cultura, los valores y tradiciones.

Expresó que figuran liceos, directores y profesores que mantienen actitudes muy tradicionales y conservadoras, violadores de derechos y que, incluso, abusan sexualmente de los alumnos.

“Se permiten esos abusos sexuales y no hay sanción. Hay violencia y no hay sanción a esa violencia. El trabajo es muy arduo y no podemos hacerlo nosotros”, dijo.

Indicó que los orientadores están ayudando, porque llegan con una educación diferente, moderna y actualizada.

Manifestó que la colaboración con la Secretaría de Educación “ha sido más tímida de lo que nosotros hubiésemos deseado”.

Caram no cree que en las escuelas donde se imparte educación sexual, porque ésta se convierta en un manual de iniciación sexual temprana.

Expresó que PROFAMILIA desarrolló durante una década un modelo, tratando de buscar formas de poder, con poco esfuerzo y teniendo una mayor cobertura.

Dijo que empezó a desarrollar un modelo en los liceos Fabio Mota y Ramón Emilio Jiménez, de Los Mina, el cual fue evaluado por organismos internacionales, incluso, por la Universidad de Columbia.

Recordó que en la gestión de Jacqueline Malagón al frente de la Secretaría de Educación se decidió cortar el programa, que llegó a 60,000 jóvenes de Santo Domingo y Santiago.

Los jóvenes eran capaces de transmitir información sexual a otros jóvenes en igual o mejor calidad que los adultos.

A su juicio, “los mejores educadores de los jóvenes son los jóvenes”, pero entiende que hay que formarlos, acompañarlos y entrenarlos.

Señaló que PROFAMILIA  siguió trabajando y que se fueron a un lugar donde nadie podía sacarlos: en las entrañas del pueblo.

Desde entonces se comenzó a desarrollar el mismo modelo en las comunidades con las organizaciones de base, los grupos comunitarios, iglesias y las escuelas y colegios que desean ejecutarlo.

Indicó que el programa se desarrolla en 20 barrios del Distrito Nacional y que con los financiamientos que reciben aspiran a cubrir 82,000 jóvenes.

A su juicio, PROFAMILIA no puede sustituir al Estado, ni el rol del sistema educativo.

 “Es el Estado el que tiene que formular políticas claras y ejecutarlas. Nosotros podemos transmitir nuestra experiencia, colaborar, compartir, pero no podemos suplir, porque somos una ONG”, dijo.

Indicó que estuvo trabajando casi dos años en la elaboración de un programa que se llamaba “Afectivo-sexual” y, según la cartera de Educación, lo está ejecutando.

Agregó que la institución tiene años trabajando con los padres, quienes se refieren de manera positiva a los jóvenes que están en ese programa.

“El programa nuestro no sólo es sexualidad”, sostuvo Caram, quien dijo que se incluye que el joven aprenda un proyecto de vida diferente.

Indicó que en el contenido de la sexualidad todo se va dando en función de las etapas de su vida.

Por eso a un niño de diez años no se le habla de un condón o de relaciones sexuales, pero sí de autoestima, comunicación, respeto y su sexualidad sin represión, dijo.

Expresó que a los jóvenes de 10 a 12 años en los barrios sexualmente activos se les habla de sexualidad en su propio lenguaje.

Explicó que, en realidad, los jóvenes no reciben educación sexual, pero tienen vida sexual activa.

Según el periodista Quiterio Cedeño, presidente de la junta directiva de PROFAMILIA, nunca será una buena estrategia la no información sobre la sexualidad humana por temor a que haya alguna distorsión.

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