Centros que asisten a sordos trabajan con limitaciones

Centros que asisten a sordos trabajan con limitaciones

Las maestras Sonia Encarnación y Casilda Jiménez,  con más de dos décadas dedicadas a la educación de sordos, coincidieron en que la discapacidad auditiva es una de la menos atendidas por el Gobierno y  la  menos comprendida  por la población en general.

Jiménez, terapeuta del Centro Audiológico Dominicano, perteneciente al Instituto de Ayuda al Sordo Santa Rosa, lamenta que la colaboración estatal ha sido “tímida” durante los 40 años de labor de esa escuela, debido a que solo aportan el 25% del presupuesto.

“Hemos visto muchos gobiernos y la tendencia ha sido la misma. La discapacidad en todas las vertientes no ha sido su fuerte, no es algo que sea importante para ellos”, critica.

Encarnación, titular del primer diplomado en lenguaje de señas que se imparte en el país en la universidad APEC, estima que un 60%  de los sordos no recibe educación.

Explica que 40 años atrás algunas de  las 13 escuelas que pertenecen al patronato de sordos funcionaban con precariedad y reconoce que todavía  “hay maestros cobrando centavos y espacios muy pequeños donde más de la mitad de los niños no pueden entrar a las aulas por la estrechez o porque los papás no los pueden llevarlos puesto que viven retirados”.

La educación de  sordos hasta hace cuatro ó cinco años estaba prácticamente en el olvido, reveló la intérprete de sordos y sordos-ciegos, quien se especializó en la universidad de Georgetown.

“Hace poco el Ministerio de Educación  formó la dirección de Educación Especial que agrupa a las escasas escuelas de sordos permitiéndoles recibir los beneficios que el Estado ofrece, como la formación, los equipos y los utensilios que necesitan las escuelas, generando un cambio en  algunas provincias”, dijo.

Centros especializados.  Para el 2010 habían  21 programas educativos para sordos, puntualiza Casilda Jiménez.  “Una encuesta señalaba que habían 16 mil estudiantes sordos en el país, por lo que  hice un levantamiento para determinar dónde estaban y descubrí  que solo hay 10 escuelas formales para sordos, el resto son programas en escuelas para niños especiales”.

Las escuelas “formales” son: Instituto de Ayuda al Sordo Santa Rosa y  la Escuela Nacional de Sordos, en el Distrito Nacional; La Escuela Cristiana Especializada para Sordos, en Sabana Perdida y una escuelita en Los Alcarrizos.

También hay centros en Santiago, Puerto Plata, La Romana, San Pedro de Macorís, Moca y San Cristóbal. Mientras  en el Suroeste solo hay un programa en Elías Piña, según datos suministrados por la terapeuta.

Universidad y empleo.  El Instituto Santa Rosa tenía un programa llamado “Inserción laboral”, donde los jóvenes sordos aprendían un oficio técnico y eran colocados en empresas con el seguimiento apropiado, pero cerró por falta de recursos, indica Jiménez.

Sobre la realización de una carrera sostiene que son los menos los que llegan, “si la educación básica y la educación media tienen muchas trabas para lo que es la persona con discapacidad auditiva, cuánto más la universidad”.

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Historia

El Instituto de Ayuda al Sordo Santa Rosa tiene 350 estudiantes. Su oferta incluye educación inicial, a partir de los 2 años; nivel básico hasta octavo  y centro de formación para padres de niños sordos. Contemplan, para el año escolar entrante, la educación media. Desarrollan el programa “Camino a la inclusión” con el fin de capacitar al niño sordo para que pueda normalizarse e ingresar a una escuela regular.

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