América Latina y el Caribe registran una tendencia al bajo crecimiento observado antes de la pandemia y se estima que en 2022 la región se expandirá en promedio apenas un 2,7%, según un informe de CEPAL divulgado el martes.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en su Estudio Económico 2022 sobre crecimiento, señala que la región enfrenta en 2022 un complejo panorama económico y social debido a “un mal desempeño del crecimiento económico”, al que se añaden fuertes presiones inflacionarias, un bajo dinamismo en la creación de empleos, caídas en la inversión y crecientes demandas sociales.
La compleja situación se prolongará “en los años venideros”, estimó el Secretario Ejecutivo Interno de CEPAL, Mario Cimoli.
Las proyecciones del organismo de Naciones Unidas indican que América del Sur crecerá este año un 2,6% en comparación al 6,9% de 2021, mientras que Centroamérica y México un 2,5% versus el 5,7% registrado el año pasado. La única subregión que se expandirá más que 2021 será Centroamérica, hasta un 4,7% en comparación al 4,0% del año pasado.
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El crecimiento de la región en 2019 fue del 0,5%, según el organismo.
El análisis agrega que al complicado escenario regional se agregan los efectos de la guerra entre Rusia y Ucrania, que han ocasionado un menor crecimiento económico global, menor disponibilidad de alimentos y aumento de precios en las energías, que han impactado en la inflación.
El alza del costo de la vida ha aumentado hasta un promedio regional de 8,4% a mediados de año, lo que representa más del doble del índice registrado en el período 2015-2019, según el organismo. América del Sur es la más afectada con un 8,8%, seguida por América Central y México con 7,5% y el Caribe con 7,3%.
El organismo agrega que el bajo crecimiento de la inversión en los últimos 30 años se ha transformado en una limitante estructural para el desarrollo regional, por lo que reactivarla es central “para un crecimiento sostenido e inclusivo”.
Precisa que entre 1951 y 1979 la inversión real creció en promedio un 5,9% anual, mientras entre 1990 y 2021 el crecimiento fue sólo de un 2,8% anual, convirtiendo a la región con los niveles más bajos de inversión en comparación a otras zonas.
Cimoli enfatizó que seguramente si no aumenta la inversión, no habrá posibilidades de generar nuevos empleos, de reducir la informalidad laboral y de disminuir la pobreza.