Túnez.- Cerca de 700 mujeres tunecinas han viajado a Siria e Irak para sumarse como voluntarias a las filas del grupo yihadista Estado Islámico (EI), reveló hoy la ministra tunecina para Asuntos de la Mujer, Samira Merai.
En una alocución en el Parlamento, la ministra aseguró que el país está observando un cambio de tendencia, con un número cada vez mayor de mujeres vinculadas a los movimientos radicales y activas en operaciones de terrorismo.
“Hemos constado una evolución en la naturaleza del terrorismo. Hoy en día hay unas 700 mujeres en Siria, pero también tunecinas en prisión aquí” por delitos relacionados con el yihadismo, subrayó la responsable.
Túnez está considerado el primer país del mundo en número de ciudadanos que han partido para sumarse a las filas del EI en Siria e Irak -pero también Libia- con cerca de 5.000 personas según cifras oficiales, número que expertos independientes elevan a 8.000.
El país norteafricano ha sufrido este año tres cruentos ataques yihadistas que han segado la vida de 72 personas, entre ellos 60 turistas extranjeros.
El último de ellos se produjo el pasado 24 de noviembre, día en el que un suicida hizo estallar una bomba y mató a 12 guardias presidenciales que viajaban en un autobús oficial en el centro de la capital.
El gobierno decidió entonces poner en marcha 14 medidas para atajar el terrorismo, algunas de las cuales fueron aprobadas en a sesión del Parlamento de hoy.
Desde del último ataque, y según la prensa local, las fuerzas de seguridad tunecinas han emprendido 1.880 operaciones en todo el país y han arrestado a 155 personas.
Todos los registros y arrestos se han practicado bajo el estado de Emergencia decretado tras el atentado y en su mayoría durante el toque de queda nocturno instaurado.
Además, alrededor de 140 personas han sido puestas bajo arresto domiciliario por su presunta relación con los grupos yihadistas que actúan en el sur del país y que se refugian en Kasserine, un área montañosa vecina a la frontera con Argelia que es bastión de los radicales desde la revolución de 2011, que derrocó al dictador Mohamed Zin El Abidín Ben Alí.
El pasado 2 de diciembre, Amnistía Internacional (AI) denunció abusos de la Policía durante a campaña de detenciones y advirtió a las autoridades que deben evitar repetir los vicios de la dictadura y “asegurarse de modo escrupuloso de que no se retoma la tortura y la represión en nombre de la lucha antiterrorista».