Cereales integrales, ¿cómo hacerlos funcionar?

Cereales integrales, ¿cómo hacerlos funcionar?

No hay duda de que los cereales fueron el primer alimento que loa agricultores antiguos aprendieron a cultivar, y que hasta hace un siglo, los granos integrales eran la base de la mayoría de las dietas. Las personas no comían cereales refinados.

Pero en la tecnología de los años de 1870, el rodillo industrial entró en juego, creando la «harina blanca». Esto trajo algunas ventajas: los cereales refinados se mantienen frescos por más tiempo que los granos enteros, que tienden a ponerse rancios, particularmente en la temporada cálida. Pero aún así, estaríamos mejor si regresáramos al pasado.

Tal como están las cosas, los norteamericanos, por ejemplo, solo comen cereales integrales de manera ocasional. Compran pan blanco, y los restaurantes «elegantes», también los sirven. La mayor parte del pan que tiene en la etiqueta «centeno» (rye), «pan integral de centeno» (pumpernickel), «multi-grain,» «stone-ground,» «7-grain,» y «oatmeal» no son más que pan blanco disfrazado para parecer integral. Si la «harina de trigo» está primero en la lista de ingredientes (no importa si está enriquecida, si tiene bromo, está molida con piedra, o cualquier otra especificación), no es más que harina blanca refinada.

En estos días, por lo general, el pan es el primer alimento que prohiben en las dietas para perder peso (cómase la hamburguesa y bote el pan). A través de los tiempos, el pan ha cargado con la culpa del incremento en el peso, algo injusto, en particular cuando se trata de las variedades integrales. Algunos regímenes bajos en carbohidratos, como la dieta de «South Beach», sí recomienda cereales integrales –un paso en la dirección correcta–.

Raciones al día

Al menos, la mitad de los productos de cereales que usted come debería ser integral –tres raciones o más al día, de acuerdo con las nuevas guías dietéticas del gobierno de EE UU que se anunciaron en enero. FUENTE: Wellness Letter

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