Cerebro de 50 millones de dólares

Cerebro de 50 millones de dólares

Hace unas semanas estuvimos en Columbus, Ohio, participando del “Brian Summit”, un encuentro con científicos norteamericanos, en el que se discutieron algunas formas del aprendizaje cerebral. En la oportunidad se presentó por primera vez ante un público de neurocientistas el nuevo “Atlas del Cerebro”, la primera guía interactiva que conecta la anatomía  y los genes que participan en los distintos procesos cerebrales.

Este atlas es el resultado de cuatro años de investigación de una institución de Seattle, el Allen Institute for Brian Science, institución norteamericana auspiciada por Microsoft Corp., los que han logrado componer 100 millones de referencias genéticas, datos que como codificación los han integrado, combinados a su vez  con 1,000 elementos anatómicos cerebrales para alcanzar algo que en verdad debemos calificar de fascinante.

El cerebro, esa masa grande de neuronas contenida en la cavidad craneal, a la  que le atribuimos maravillas, es el que nos permite conocernos y a la vez el mundo maravilloso que nos rodea. Debemos aceptar que es la parte más elevada jerárquicamente hablando de nuestro organismo, pues sin él  no habría percepciones, ni funciones cognitivas, ni pudiéramos realizar ninguna de nuestras tareas biológicas ni sociales.

Ese nuevo atlas cerebral permite estudiar mejor el cerebro humano. A través del mismo se puede visualizar desde todos los ángulos cualquier parte del cerebro, combina cortes de resonancia magnética, se pueden ver las expresiones genéticas en el cerebro, cómo los genes afectan esa masa neuronal.

Me ayudó a ratificar algo que he defendido desde mis años juveniles como monitor de neuroanatomía: el cerebro se comunica mediante vías específicas.

Soy de opinión que los impulsos nerviosos se propagan por complejos circuitos neuronales que son muy delimitados y que dependerá del estímulo, se usará la o las “autopistas” correspondientes. Nos da detalles de cómo ese entinglado neuronal precisa de ser nutrido, irrigado y drenado. Eso de beber 8 vasos de agua al día es más beneficioso para el cerebro que para cualquier otro órgano del sistema biológico humano.

El interesante descubrimiento científico ayuda a entender mejor cómo actúan los neurotransmisores, cómo se logra el impulso nervioso, esa facultad de excitarse e inhibirse que tienen las neuronas, y nos demuestra  que otros elementos son necesarios tales como: células gliales, vasos y glándulas. Por igual iones y cationes, que junto a los aminoácidos forman los llamados neurotransmisores, neuromediadores y neuromoduladores que ayudan a comunicar unos 1,000 billones de neuronas en promedio.

Esta innovación nos facilitará comprender mejor muchas de las enfermedades cerebrales como: depresión, pánico, esquizofrenia, autismo, epilepsia, Alzheimer, Parkinson entre otras.

Lo más importante es que esta investigación continúa en progreso. En el 2016 la misma compañía habrá de presentar un atlas del cerebro de los ratones. Determinaron en sus investigaciones que ninguna persona es 94% parecida a otra, y que por igual el 80 por ciento de los genes conocidos hasta hoy están activos en el cerebro. Pero algo trascendente es que usted puede trabajar con este reciente e interactivo mapa cerebral.

Es lo más moderno, puede accederlo en www.brain-map.org.  Las investigaciones se realizaron principalmente en cerebros masculinos. En el seguimiento habrá la investigación del cerebro femenino. Sobre el tema del sexo y el cerebro, estoy leyendo el libro “El Cerebro Masculino”, fino obsequio de doña Soraya Lara de Mármol,  el cual  prometo comentarles en otra entrega dominical.

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