Al flujo migratorio general que caracteriza al país, se incorporan personas altamente calificadas que poseen estudios  superiores y habilidades excepcionales en las ciencias, la tecnología y el arte, fenómeno que se conoce comúnmente como “fuga de cerebros”.

Solo el  10% de los emigrantes dominicanos entra en el renglón de “fuga de cerebros”, según las últimas estadísticas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), realizadas en 2010.

Roberto Fulcar, doctor en Magisterio, nos explica que las principales causas de la fuga de cerebros son la falta de oportunidades de desarrollo de las áreas de especialización de los profesionales, los bajos salarios y/o la falta de incentivos, en su  país natal.

Fulcar, catedrático universitario, explica que para  la economía de un país,  “La fuga de cerebros hace que el país de origen pierda la inversión en educación superior de esa persona, y de la misma forma el capital social del que formaba parte ese individuo se reduce por su partida. 

Impacto.  Esta pérdida tiene a su vez un impacto en el desarrollo económico y en la competitividad de las naciones, sobre todo en el presente contexto, en el cual dicha competitividad tiene al capital humano y social como factor decisivo”, explica.

Tahira Vargas, antropóloga social, explica algunas de las  razones que a su juicio provocan que personas profesionales  y altamente  capacitadas emigren a otros destinos, entre las que menciona las siguientes:

1. Incremento de la desigualdad y las diferencias sociales en términos territoriales.

2. Dificultades para la implementación de programas enfocados en el desarrollo humano hacia los distintos territorios.

Ella explica que los municipios y provincias con una mayor proporción de profesionales y artistas migrantes tienen mayores barreras para su desarrollo.

Muchas naciones desarrolladas tienen políticas muy activas para captar talentos con alta especialización. Ante esto, cabe la pregunta: ¿Qué hacer para retener nuestros profesionales en el el país?

Fulcar explica que “es  necesario vincular las políticas de educación superior a la investigación y el desarrollo, para una exitosa inserción en el mundo globalizado, mejorando la vida de los actores y preservando nuestra identidad como nación.

Asimismo, ofertar programas académicos pertinentes, que suplan las necesidades de la sociedad y de la región, brindar un servicio de calidad y propender a la adecuada colocación laboral de los egresados. Para ello, explica, es necesario, entre otras cosas:

1. Reorientar la relación Estado-Instituciones de Educación Superior-Sectores Productivos

2. Modernizar la gestión en sus distintos ámbitos

3. Crear un programa de empleos que  garantice la rápida inserción laboral de los nuevos profesionales

4. Ajustar las asignaciones de becas de estudio a las prioridades del país en materia de recursos humanos.

Más posibles soluciones.  De su lado, Vargas sugiere que se debe cambiar la lógica de dar mayor valor a los profesionales extranjeros sobre los nacionales.

Otras de sus recomendaciones son   mejorar las escalas salariales y ejecutar programas que apunten al desarrollo artístico y cultural del país con visión descentralizada en los que pueden aportar artistas y profesionales de distintas áreas en sus provincias y municipios.

ZOOM

El “brain drain” (fuga de cerebros)

Definición

La Enciclopedia Británica define como fuga de cerebros o fuga de talentos la emigración de jóvenes ya formados y sobrados de aptitudes hacia otros países en búsqueda de mejores ofertas laborales o mayores beneficios profesionales.  Hoy día este fenómeno se da  tanto en los países en desarrollo como en los países desarrollados.  En República Dominicana data de los años 70.