Ceremonia de adiós a Alain Resnais, monstruo sagrado del cine francés

Ceremonia de adiós a Alain Resnais, monstruo sagrado del cine francés

PARIS.  Personalidades y actores franceses que habían trabajado con el cineasta Alain Resnais participaron este lunes en París en una ceremonia de adiós a este monstruo sagrado del cine francés, quien falleció a principios de este mes.

Un famoso retrato de Resnais, con camisa roja y pelo blanco, recibía a los allegados al cineasta en la iglesia de San Vicente de Paúl de la capital francesa, que estaba llena de flores blancas.

Durante la ceremonia, que tuvo lugar antes del entierro del cineasta, se vieron partes de películas y temas musicales que le gustaban a Resnais, incluyendo al Gordo y el Flaco.

También se miraron videos en los que aparecía Resnais detrás de la cámara.

Los actores que más trabajaron con él como Sabine Azema, esposa de Resnais, André Dussolier y Pierre Arditi- también homenajearon al director de películas como «La guerra ha terminado», «Noche y Niebla» o «Hiroshima mon amour».

«Con Sabine Azema, seleccionamos momentos de cine en las películas que él valoraba, (que eran) un poco como su jardín secreto. Cuando era adolescente, proyectaba películas del Gordo y el Flaco a sus amigos», declaró a la AFP el actor Bruno Podalydes.

El primer ministro francés Jean-Marc Ayrault concurrió a la ceremonia, al igual que la ministra de Cultura, Aurelie Filippetti. Varios actores llevaron el féretro hasta adentro de la iglesia, donde esperaban numerosas personalidades del cine francés.

La ministra Filippetti transmitió «el homenaje de toda la República» a un creador que «encarnaba el cine francés».

Según ella, Resnais fue «el primer cineasta que representó lo irrepresentable y nos mostró lo impensable con ‘Noche y Niebla'», un documental sobre los campos de concentración nazis.

La pasada edición del Festival de cine de Berlín – la Berlinale-, había rendido homenaje en febrero a Resnais por su última película, «Aimer, boire et chanter» («Amar, beber y cantar»), una fantasía sobre el teatro, el cine y el cómic.

En esa oportunidad había recibido el premio Alfred Bauer, atribuido «a una película que abrió nuevas perspectivas».

Nonagenario, seguía rodando filmes, sobre los temas recurrentes del amor, la memoria y la muerte. Hace dos años había dicho en el Festival de Cannes que hacía los filmes para sí mismo, «como en un ‘hágalo usted mismo'».

«Es como un laboratorio de experimentos, en el que uno mezcla cosas sin saber el resultado que va a obtener», decía.

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