No es sobre Duquesa y sus lindezas. Se trata de que algunos directores y administradores de hospitales públicos están intentando chantajear al Ministerio de Salud favoreciendo un empeoramiento de los servicios, con la excusa de que fueron despojados de la famosa “cuota de recuperación” informando a los pacientes que por ese motivo, aunque no deben cobrarles por nada, “no hay con qué resolver sus  problemas”.

Juntamente con ese fenómeno, hace algunos días apareció en los periódicos la información de que el Ministerio de Salud estaba procesando los pagos de compensación a los hospitales que no están cobrando la referida cuota, en particular lo referente a las nóminas que se pagaban con ella, lo cual es una vergonzosa confirmación de lo que siempre hemos dicho, en el sentido de que ese dinero se usaba para todo (menos para el propósito original de mejorar los servicios) incluyendo la creación de “nominillas” de clientelismo político y pagar a suplidores preferidos para cobrar groseras comisiones.

Quien quiera hacer un ejercicio de medición sobre transparencia administrativa pública, que vaya a cualquier hospital de los que tenían o tienen cuotas de recuperación a preguntar las cifras exactas que recibían o reciben y en qué se utilizaban o utilizan y verá que ningún monto coincidirá en cuanto a ingresos y egresos en esas cuentas, porque siempre es un “misterio” lo que entra y lo que sale por ese concepto. Soy, por desgracia, testigo de primer orden de ese desastre, comprobando que Salud Pública quitó algo que no sabía lo que representaba y, por supuesto, no sabe cómo lo va a sustituir, porque era inmundicia desparramada donde nunca puso zafacón.