Presidente turco promete duros castigos a golpistas

Presidente turco promete duros castigos a golpistas

En lugar de derrocar al presidente turco, un fallido golpe de Estado militar que dejó más de 250 muertos parece haber fortalecido el poder y la popularidad de Recep Tayyip Erdogan.
Decenas de miles de personas marcharon por las calles en media docena de ciudades turcas el sábado por la noche, ondeando banderas y entonando canciones en una emotiva muestra de apoyo para el añejo líder, al tiempo que las fuerzas de seguridad rodeaban a personal militar a los que él se refirió como partidarios del golpe y lanzó una purga de jueces considerados opositores al gobierno.
El primer ministro Binali Yildirim dijo que los que efectuaron el fallido golpe del viernes “recibirán todos los castigos que se merecen”. La amenaza gubernamental de aplicar otras medidas de represión generó temores sobre el futuro de la democracia en Turquía, que desde hace tiempo se ha enorgullecido de sus tradiciones democráticas y seglares a pesar de hallarse en una región inestable azotada por los conflictos y el extremismo.
El intento de golpe de Estado comenzó el viernes por la noche al ingresar tanques militares a las calles de la capital Ankara y Estambul mientras Erdogan se encontraba de vacaciones junto al mar. Se escucharon estallidos y disparos toda la noche. Sin embargo, rápidamente quedó claro que las fuerzas armadas no estaban unidas en el esfuerzo para derrocar al gobierno. En una dramática entrevista vía iPhone difundida en la televisión, Erdogan exhortó a sus partidarios a que salieran a las calles a enfrentar a los tanques y a las tropas, y las fuerzas leales al gobierno comenzaron a recuperar el control. La agitación cobró al menos 265 vidas, de acuerdo con un conteo a partir de declaraciones oficiales. El general Ümit Dundar, jefe interino del Estado Mayor, dijo que al menos 104 “conspiradores del golpe” habían muerto. Para el sábado por la tarde, cuando las tensiones habían disminuido, un ambiente de festejo se hizo sentir después de que los turcos escucharon los llamados oficiales a que salieran a las plazas para proteger la democracia del país. Miles de personas se reunieron en las principales ciudades, donde entonaron canciones y ondearon banderas turcas, mientras que otros oraban en apoyo a Erdogan y coreaban “íDios es grande!”. En Estambul, una multitud se reunió en la Plaza Taksim, donde un hombre permanecía de pie sobre un monumento con una bandera en el pecho. misma barita, sin utilizar en la

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