Cero tolerancia

Cero tolerancia

El Presidente Leonel Fernández ha advertido que en su Gobierno no habrá tolerancia para la criminalidad y la delincuencia y aspiramos a que los alcances de su expresión sean plenamente asimilados por cada instancia de poder que tenga como función hacer cumplir las leyes, resguardar los bienes de todos y administrar justicia.

La expresión es oportuna porque, a nuestro humilde juicio, permitiría acabar con vacilaciones inexcusables a la hora de actuar contra el delito flagrante, no simplemente sospechado.

En estos días, en que una operación ha permitido recuperar costosos vehículos que habían sido robados a sus legítimos propietarios y luego recuperados por la Policía Nacional y retenidos para usufructo de oficiales de esa institución, sería de justicia calibrar qué significaría para el Ministerio Público la expresión «no tolerancia». Nos preguntamos si hace falta que una querella rompa la inercia del Ministerio Público en casos en que están presentes delitos flagrantes como la retención abusiva y uso de propiedad ajena, la alteración de números de chasis y uso de placas no correspondientes a los vehículos retenidos con fines que no podrían ser santos. Y ese es solo uno de tantos casos en que la vacilación y la tolerancia apuntalan y afianzan las violaciones.

En muchos barrios capitalinos y comunidades provinciales hay gente convencida de que en determinados puntos se venden drogas «a la luz del día». En el caso específico de Navarrete, mucha gente ha afirmado que la casa en construcción en que fueron asesinados siete jóvenes funcionaba «un punto» de venta de drogas. No cabe en la mente del más inocente la creencia de que la gente común sabía de estas cuestiones más que las autoridades encargadas de perseguir estos delitos.

-II- Ocurrió hace poco que decenas de personas perecieron cuando intentaban llegar a Puerto Rico en una rústica embarcación. Testimonios de sobrevivientes dan cuenta de que las personas perecieron tras ser golpeadas y arrojadas al mar por los «capitanes» de la yola. Esos mismos testigos involucran a personal de la Marina de Guerra en la organización del viaje. Probablemente la tolerancia de las autoridades ha contribuido a que ese lucrativo negocio haya llegado tan lejos.

Quisiéramos entender que un régimen de cero tolerancia para la delincuencia implicaría una puesta a punto de todos los instrumentos del Estado para que las transgresiones flagrantes sean debidamente perseguidas y castigadas y para que las sospechas sean por lo menos investigadas.

La sociedad dominicana ha estado abatida durante mucho tiempo por la falta de seguridad que nace de la multiplicación del delito, y esta última, a su vez, es hija de la tolerancia y la complicidad, que se constituyen en garantes de impunidad.

Ha sido ese estado de cosas el que ha servido de caldo de cultivo para el auge del pandillerismo, el negocio de las drogas, las «naciones», los asaltos, violaciones sexuales, robos, actos de ratería y ejecuciones despiadadas.

Aspiramos que las expresiones del Presidente, en el sentido de que su Gobierno será de cero tolerancia para el crimen y el delito, encuentren resonancia en cada una de las instancias que tiene el Estado para garantizar la seguridad ciudadana, el resguardo de la propiedad y la tranquilidad de todos.

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