Cero tristeza en Navidad

Cero tristeza en Navidad

Un duelo no resuelto es aquél en el que el doliente aún no acepta la realidad y ni tampoco la enfrenta. shutterstock/ fuente externa

Para el psicólogo y terapeuta familiar Miguel Velázquez, del Instituto Médico Psicológico de Atención a la Familia (IMAFA), el tema que nos ocupa no tiene un ápice de extraño y es más común de lo que se imagina.

“Conozco pacientes, amigos, compañeros y familiares a los que la temporada navideña les pone nostálgico, melancólicos, y depresivos, es decir, saber de alguien que estas fiestas le recuerde o evoque alguna situación de dolor, es común, ya que por diferentes causas el ser humano puede vincular fechas, personas, lugares, e incluso olores que activan esa parte nostálgica, triste o depresiva”, explica el profesional de la conducta.

Las experiencias traumáticas asociadas u ocurridas en esta fecha resaltan como una de las principales causas de esta particular tristeza estival. Duelo, enfermedades catastróficas, metas que quedaron sin cumplir, carencias económicas, divorcio, salida de los hijos al extranjero o pérdida en los negocios son otras de las más frecuentes.

Enfrentando la pérdida. En febrero de 2001 Velázquez enfrentó la muerte de su padre. Recuerda que esa primera Navidad “fue difícil” y que su madre jamás volvió a celebrar una cena en su casa. Su padre era “la esencia de la Navidad”.

“Cuando un ser amado ha dejado de existir físicamente, esto trae consigo giros de 90, 180 y 360 grados en el futuro de los sobrevivientes, ya que dependiendo del significado de esa persona, de la dinámica o de los roles que desempeñaba en el sistema familiar estos cambios tendrán repercusiones en la manera de ver y sentir las navidades”, expresa Velázquez. Es aquí donde entra el tema de los “duelos no resueltos”, donde “si no se ha llegado a una negociación con la realidad, y aceptación, el familiar siempre estará atado y no se dará el permiso de celebrar, y piensa, falsamente, que está honrando al ser amado que ya no está”.

Afirma que esta es una posición propia del duelo pero que, aunque es natural por el dolor al que se enfrentan, “no significa que está bien”.

“Por eso, es necesario en muchas ocasiones, la intervención de un especialista que trabaje el duelo con la familia”, añade. Admite que no es fácil hacer que una familia pase de un proceso de culpa y dolor a otro de celebración pero en lo personal Velázquez es de los que ha podido desvincular la dicha y el disfrute de la partida física de su padre: “Continúo con la celebración con mi hermanos, mis hijos, mi esposa, mi suegra, mi cuñados (…), pues, estoy seguro que eso fue lo que él nos quiso sembrar en el corazón”, comparte Velázquez refiriéndose a su padre.

Es importante aclarar que el duelo no solo se produce por la muerte de un ser querido sino también un abuso sexual, una decepción amorosa o descubrir que su pareja le es infiel.

Venciendo la tristeza. La tristeza tiene múltiples causas, manifestaciones que dependen del conjunto de la personalidad del individuo. por esa razón, la misma “receta antitristeza” (si es que existiera una) no funcionaría igual para todos. Sin embargo, Velázquez enlista aquí algunos consejos de vida que nos ayudarán a ser más optimistas sobre el futuro y agradecidos en nuestro presente:
-Meditar y hacer una conciencia. Tratar de aplicar la frase de Francisco de Asís: “Yo para vivir necesito poco y lo poco que necesito, lo necesito poco “.
-Combate la ansiedad y el estrés de un mundo de consumo y de apariencias con la frase de Will Smith: “Gastamos dinero que no tenemos, en cosas que no necesitamos, para impresionar a gente a la que no le importamos”.
-Sírvele a alguien, fíjate en una necesidad de alguna persona, que tal vez lo que te sobra a ti, será la felicidad de muchos.
-Toma papel y lápiz, escribe y saca de tu corazón todo tu dolor, y luego relee por última vez, rompe el papel y arrójalo a la basura
– Enumera todas tus bendiciones, escribirla en grande en una cartulina o pizarrón y celebra con un brindis o una cena especial
– Tómate tiempo para ti, date un permiso de salir especialmente que sea para ti, ejemplo; sal y cómprate un helado, etc..
– Busca a tus seres amados.
– Pide perdón y perdona a los que te han dañado.
-Toma un tiempo para acercarte más a tu creador, tu Dios.

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