Cerrar el 2020 y recibir el 2021 con la energía del maestro

Cerrar el 2020 y recibir el 2021 con la energía del maestro

“Cuando aprendes, enseña. Cuando recibes, da”.

Maya Angelou

Cuenta una historia que cierta tarde llegó un maestro a la ciudad de Akbar. La gente no dio mucha importancia a su presencia, y sus enseñanzas no consiguieron interesar a la población. Incluso, después de algún tiempo llegó a ser motivo de risas y burlas de los habitantes de la ciudad.

Un día, mientras paseaba por la calle principal de Akbar, un grupo de hombres y mujeres empezó a insultarlo. En vez de fingir que los ignoraba, el maestro se acercó a ellos y los bendijo.

Uno de los hombres dijo: 

-¿Es posible que además, sea usted sordo?. ¡Gritamos cosas horribles y usted nos responde con bellas palabras! 

La respuesta del sabio fue:

-Cada uno de nosotros solo puede ofrecer lo que tiene. 

Sin lugar a dudas, el 2020 se despide dejando una estela de significativas y valiososas enseñanzas, que cada uno de nosotros utilizará de acuerdo al nivel de atención que haya prestado. Hacer un buen cierre de este año es similar a celebrar la ceremonia de graduación de quien culmina un período importante de estudios: un reconocimiento al esfuerzo, la disciplina, el compromiso y la dedicación. 

Lograr cerrar el 2020 en celebración, con alegría y gozo, es una garantía para pasar enteros en la energía fresca del 2021. Suelo usar un fragmento de una oración de Paramahamsa Yogananda para ir hacia lo siguiente de manera confiada, sabiendo que mis preocupaciones y ansiedades están retornando al amor de la Fuente: “Divino Pastor, rescata las ovejillas de mis pensamientos, perdidas en el desierto de la inquietud, y condúcelas al sagrado redil de tu paz”.

No somos lo que nos ocurre, aunque el ego insista en hacernos creer que es así. La verdadera tarea es recordar que la grandeza que nos habita ya tiene todas las respuestas a nuestras inquietudes. Sin humildad no logramos rendirnos. Un cierre de año siempre nos invita a reflexionar acerca de aquello que “nos sobra”, para llegar ligeros al nuevo tiempo que nos espera. Todo lo que creemos pendiente, inconcluso o no logrado, se convierte en carga innecesaria. Para ir hacia el 2021 física, libidinal, emocional y mentalmente completos, es necesario cerrar bien el 2020.

Hacer un buen cierre nos permite liberar los recursos que facilitan el mejor emprendimiento posible de la etapa nueva. Los maestros de sabiduría dicen que si algo culmina, la persona recupera los recursos que estaban implicados, y los puede usar para sus nuevos objetivos. Explican que entre más cuidamos el alma durante los días anteriores y posteriores al cambio de año, más grandioso será el nuevo tiempo. 

¿Qué nutre al alma? El ritual, la tradición y la celebración. Cuando una persona no clausura un ciclo hay un considerable desgaste de energía, y como consecuencia algo seguirá pendiente, dejando heridas y/o sentimientos de culpa. Según la psicóloga Sylvia Afanador “los rituales cumplen con la función psicológica de concretar una actividad, hecho o acción”. Los síntomas de un cierre no logrado son:

·      Dificultad para dormir

·      Momentos inexplicables de ansiedad 

·      Dolores de cabeza, sobre todo durante la noche o al despertar

·      “Accidentes”, cosas que se rompen (o pierden) repentinamente 

·      Irritabilidad y mal genio

·      Alergias

·      Taquicardias

·      Peleas

·      Tristezas repentinas

·      Problemas económicos o de salud

·      Enfermedades de las plantas y/o mascotas

En la práctica ritual, podemos integrar simbólicamente situaciones complejas que no logramos cerrar en la realidad ordinaria. Por ejemplo, la muerte de un familiar o amigo, la pérdida del empleo, el final de una relación, un proceso migratorio, una enfermedad, etc. De este modo, quedamos libres y en capacidad de empezar de nuevo con esperanza y paz. 

Creéme el 2020 ha sido un grandioso año. Tanto si lo viviste de este modo, como si no fue así para ti, esta semana es fundamental para gestar la energía del 2021. Agradecer es un método infalible en la mayoría de las tradiciones. Viendo la película Soul de Disney-Pixar, recordé este sencillo y poderoso ritual que aprendí en los Andes:

Ritual para valorar y agradecer el pasado.

·      Escribir 7 cosas que valoras de la herencia que has recibido de tus padres.

Es una manera de valorar nuestra genética, nuestro cuerpo y nuestra vida. A partir de allí, lo que sea que te llegué, vendrá con valor. Por ejemplo: creatividad, honradez, inteligencia, orden, etc

·      Escribir 7 cosas que valoras de tu cuerpo. 

Por ejemplo: el estómago que me permite digerir lo que ingiero para sostener la vida, los ojos que me permiten apreciar la belleza, el entendimiento de lo que es, etc.

·      Escribir 7 cosas que valoras de la vida material. 

Por ejemplo: la diversidad, los sabores de la comida, la tecnología, etc

A los 7 días, se queman los papeles y se entregan las cenizas a la tierra. De este modo, se valora el origen, el cuerpo, la tierra, y la vida material.

El film nos recuerda que la maestría de vivir se trata de mantener la conexión con lo que es, estando presentes para lo que nos ocurre. La vibración 5 (2 + 0 + 2 + 1 = 5) del 2021 resuena con la energía del “maestro”. El 2020 fue tan solo un llamado a vivir de adentro hacia fuera. Nos guste o no, somos los creadores de la realidad que vivimos. 

¿Reconoces tu maestría? Si es así, ¡felicidades! La mayoría de las personas no se consideran a sí mismas “maestros”. Según la RAE, maestro es la persona que enseña una ciencia, arte u oficio, o tiene título para hacerlo. En el judaísmo, “enseñar” debe ser una forma de vida que honra la sabiduría de Dios en nosotros. 

Al ver la etimología de la palabra enseñar, del latín insignare, encontramos “in” que significa “en” y “segnare” que se traduce como “señalar hacia”, y se relaciona con “instruir”, “iluminar”, “indicar”, “dar señales” que dirijan a una cosa, “mostrar” o “exponer” algo, para que sea visto y apreciado. Enseñar es tocar el corazón de alguien, para guiarlo a apreciar lo que ocurre. 

La vibración 5 nos invita a compartir lo que sabemos, reconociendo que el propósito de la encarnación consiste en disfrutar el servir a los demás. El 5 sabe que todo lo que entrega, se lo da a sí mismo.

UCDM se refiere al “maestro de Dios” desde el contenido, no desde la forma. Para ser un maestro de Dios solo se requiere elegir al Amor como mentor. Ser maestro significa que hemos escogido hacer de nuestra vida una enseñanza (testimonio) de la acción del Amor de Dios en nosotros.

Ya que todas las relaciones son espejos, ¡todos somos alumnos y todos somos maestros! El autor estadounidense Mitch Albom escribió: “Estás aquí para que yo te pueda enseñar algo. Todas las personas con las que te encontrarás aquí tienen una cosa que enseñarte”. Todos estamos relacionados. No podemos separar una vida de otra más de lo que podemos separar la brisa del viento. 

1, 2, 3…¿preparado para reconocerte?

¡Gracias 2020 por TODO lo que nos has enseñado!¡Bienvenido 2021!

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