Cerrar Gobierno una semana en lugar de cerrar la economía

Cerrar Gobierno una semana en lugar de cerrar la economía

Abrir escuelas y reducir comercio fronterizo son medidas desacertadas, por aumento riesgos

Ante la indetenible expansión de la pandemia evidenciada por el aumento de casos y la virtual ausencia de camas en Ucis, y ante la tentación que pudiera caerse frente a quienes instan el cierre de la economía, consideramos más pertinente que cierre el Gobierno por una semana con excepción de los servicios públicos indispensables como sanitarios, de orden público, etc.

Según las estadísticas de la seguridad social, los empleados públicos ascendían en enero a 646 mil que prorrateado en 675 entidades arrojaba un promedio de 957 personas por cada una.

En cambio, las empresas privadas reportan 1, 481,238 empleados en 92,072 empresas arrojan promedio de 16 personas por empresa.

La aglomeración que produce el sector público es 10 veces más que la de la empresa privada. Con el agravante de que aporta menos a la economía.

Los 646 mil empleados públicos representan el 30% del total registrado, en circunstancia en las que la ponderación de la Administración Publica en el PBI, según consignan las estadísticas del Banco Central, apenas rondaba 5%. Es decir, una proporción 6:1 (30/5) pudiendo interpretarse que cada seis empleados aportaban 1% del PIB.

En cambio, por diferencia, el 70% del empleo de la economía aporta el 95% del PIB, lo que significa que cada empleado de la economía suma más del 1% al PBI: un 36% (95/70=1.36).

En otros términos, cada empleado registrado formal por la economía, aporta 4.4 (6/1.36) veces más al PBI que cada público.

Aún si quisiéramos ponderar el efecto del empleo informal que constituye más de la mitad del empleo generado, este porcentaje reduciría a 2.2; concluyéndose que cada empleado de la economía aporta más del doble al PBI que cada público.

De manera que para detener las aglomeraciones, focos de contaminación causantes de la pandemia, deberíamos apuntar hacia la administración pública por generar más concentración y aportar menos a la economía.

La propuesta de cerrar el Gobierno en lugar de la economía como forma de detener la pandemia, encuentra respaldo en las evidencias sobre excesivos contagios de funcionarios de alto nivel, de organismos como el Congreso Nacional, etc

La indetenible expansión de la pandemia requiere además que las instancias gubernamentales estén concentradas en el cumplimiento de tareas urgentes e imprescindibles implementarlas ahora, postergar aquellas que aún importantes debieron o pudieran implementarse hace tiempo o en otras circunstancias. Y que, hacerlo ahora implicarán aglomeraciones potencialmente contagiosas.

Medidas sin necesidad. No vemos la necesidad, de inmediatamente después de emitido el decreto que “endurece” los controles, montar un espectáculo para informar otra vez, que desaduanizarán en 24 horas la mercancía importada, compromiso que data de 2006.

Tampoco vimos necesidad de exponerse a abrir las escuelas cuando desde mediados de abril se vislumbraba el inicio de la tercera ola que ha sido más fuerte que las dos previas. Ni reducir el comercio fronterizo a dos días, lo que provocará más aglomeraciones en los cinco días restantes.

Ni que el Ministerio de Administración Pública ni el de Trabajo acuerden implementar ahora el equiparamiento de derechos de servidores públicos ordenadas hace 12 años en la Ley 41-08

El cierre de las funciones de Gobierno no indispensables tendría un efecto impactante en la reducción de la demanda del insuficiente servicio de transporte masivo, pasaría a ser un factor importante para controlar la pandemia.

El cierre del Gobierno debe acompañarse con el establecimiento de protocolos adecuados para la economía y la rigurosa supervisión de su cumplimiento; lo cual no parece encontrarse dentro de las prioridades del Gabinete de Salud, aparentemente concentrado en temas como adquisición de pruebas y vacunas; descuidando todo lo demás que se requiere para detener la pandemia.

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Las ventajas
El cierre de las funciones de Gobierno no indispensables tendría un efecto impactante en la reducción de la demanda del insuficiente servicio transporte masivo, sería factor importante para controlar la pandemia y debe acompañarse con protocolos adecuados para la economía y la rigurosa supervisión de su cumplimiento.

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