La Voz Dominicana sonaba muy trujillista para la euforia por venir de los años 60, y cuando ajusticiaron al tirano se le cambió el nombre por Radiotelevisión Dominicana; después debía sonar un poco más ibérico y el director de turno la rebautizó como Televisión Dominicana (por aquello de Televisión Española); luego vino de “despetanización” de todo lo anterior para convertirse en la Corporación Estatal de Radio y Televisión, conocida por sus siglas como CERTV.
Todos pensaron, he de suponer tontamente, que cambiando el nombre de la estación cambiaría todo en el canal, incluyendo los contenidos y la tecnología. Pero no sucedió así. CERTV, o como quiera llamársele, se ha ido anquilosando con el tiempo y ya nadie la tiene como referencia de nada en términos de televisión. En estos momentos no se sabe con certitud si el canal cuatro es un canal del Estado o del Gobierno, o ninguno de los dos.
La idea de una televisión pública ni remotamente asoma en la administración del canal ni del Gobierno. Esa es otra historia que se ha pasado por alto, aduciendo que los ministerios de Cultura, Educación y de Educación Superior y la Universidad Autónoma de Santo Domingo son los que tienen que servir contenidos de calidad a través del canal 17; la frecuencia cultural, artística y educativa de CERTV que nadie sabe qué programas produce ni quién los ve.
Esplendor. Justo es decir que el canal 4 ha tenido sus momentos de gloria y esplendor: En los primeros años de su fundación, su propietario José Arismendy Trujillo no escatimó esfuerzo en construir y equipar una televisora con los avances de la época; con escuelas y profesores de ribetes internacionales y una programación artística envidiable para América Latina.
El otro momento culminante fue en la administración de Georges Rodríguez Dabas, quien le confirió un sentido moderno al canal, con una programación para todos los gustos y un personal joven calificado y entrenado para producir buena televisión. Todo esto sin contar con los horarios dedicados a la televisión educativa iberoamericana.
Programación actual. En la actualidad los programas de panel o de opinión con voces comprometidas a favor del gobierno de turno, o dicho de otra manera, en contra de la oposición política, es lo que reina allí como parrilla de programación. Con una señal de transmisión débil que cada vez se acorta más por la obsolescencia de los equipos. Lo poco que queda para la televisión lúdica son algunos “magazines” o comedias “paniaguadas” que no alcanzan el interés del público por su falta de contenidos, sus escenografías acartonadas y un personal que se presume aturdido por la rutina de siempre hacer lo mismo. CERTV no tiene una sola figura representativa en la televisión nacional actual. No califica para ninguno de los premios audiovisuales del momento.
¿Quién le pone el cascabel al gato? Tanto la administración actual del canal como las autoridades competentes del gobierno deberían cuestionarse cómo una edificación construida por la RCA con todas las métricas de una estación de televisión moderna (aún hoy supera por mucho a todos los canales dominicanos), no tiene un mayor rendimiento en su servicio público, con una programación agradable y contenidos entretenidos y útiles para el ciudadano común.