¿César Medina senador?

¿César Medina senador?

César Medina es un periodista infatigable en el trabajo conforme percibí cuando le conocí como reportero de Ultima Hora asignado a la Policía, 1971, y yo gerente comercial del vespertino lamentablemente desaparecido.

Cuando César ingresaba punto menos del mediodía al diario con sus notas para transcribirla en la maquinilla, sudoroso, presuroso, Gregorio García Castro, mi inolvidable hermano afectivo Goyito, me musitaba: “Míralo escribiendo acelerado. Te aseguro que esa será la primera noticia, el principal titular de esta tarde”. Y así acontecía mientras los dos reíamos tres horas más tarde y lo celebrábamos en el Vesubio casi todas las tardes.

César Medina evolucionó de un simple reportero policial a productor de programas de tv y radio, ganando una gran audiencia en ambos, y ocasionalmente escribía una columna en HOY como en Listín Diario. Ganó justa fama con mucho trabajo. Pero una cosa es un comunicador o artista y otra muy diferente, un político. El éxito de un comunicador o artista no repercute en el ámbito político, y el primero que lo entendió, o el único, fue el sin par Freddy Beras Goico.

Johnny Ventura no ganó la alcaldía capitaleña per se, sino conducido en andas por el líder de los negros y los blancos, José Francisco Peña Gómez, y lo propio con Roberto Salcedo, con el apoyo firme del presidente Fernández.

César Medina, se insiste, abandonará su poltrona de embajador en España para incursionar como senador por su natal San Cristóbal por el PRD, a quien ha apaleado verbalmente de manera constante, sin que la mayoría lo conozca personalmente en su patria chica, enfrentando a un líder provincial respetable como se me asegura en Tommy Galán, senador del PLD, quien dispone un cómodo 65% en recientes sondeos de opinión.

Percibo que Medina, guiado por el diablillo insomne de la ambición, ha perdido la perspectiva de su propia limitación, grave en un periodista.

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