En artículo del pasado 18, César Pérez termina planteando que “lo que pase en esos dos partidos (PRD y PLD, f.d.) es de primera importancia para cualquier intento serio de evitar que continuemos el camino que nos está conduciendo hacia el despeñadero”.

César: La parte más sensible y avanzada de nuestra sociedad sabe o percibe que las cúpulas sociales y políticas que dominan el país están empujando la Nación hacia un despeñadero. La iniquidad del artículo 30 y de la nueva Constitución es solo una muestra.

El pacto conservador entre el Dr. Leonel Fernández y Miguel Vargas, ante el cual se han rendido el grueso de las conciencias libres que todavía existen en ambos partidos, es un adelanto de lo que va a pasar en el país si los y las que tenemos la capacidad y la moral para hacerlo no alentamos la rebelión de la parte honesta del pueblo; si no nos colocamos en una actitud de desacatar el actual engendro de Constitución; si las mujeres y los médicos no desacatan el infame artículo 30. El formidable artículo de Rosario Espinal el  miércoles lo dice todo sobre esta infamia, y podría ser la base para un movimiento nacional de desacato.

Las principales reservas para esa rebelión y desacato están en las masas perredeistas y peledeistas, que constituyen una mayoría en la Nación. Pero esa mayoría popular, mientras no rompa con sus direcciones seguirán inmovilizadas y manipuladas.

Como propone Guillermo Moreno, hay que construir una nueva mayoría. Pero tenemos que romper las ilusiones de un cambio progresista en las cúpulas de esos dos partidos. Incluso, los hombres y mujeres serios, en su dirección, o cercanos a la dirección, han rendido sus armas ante la embestida de la tormenta conservadora.

El país está triste, César. Solo las cúpulas de los sectores conservadores, y la de los grandes partidos están contentas.

No perciben una rebelión en el horizonte; piensan que tienen embobado y cercado mediáticamente al pueblo.

Con esas gentes no hay nada que hacer; todas y todos son parte fundamental del giro conservador que acabará por descarrilar la Nación.

Nuestro campo es el de fomentar la rebelión y el desacato contra tanta ignominia; apoyarnos en el pueblo sano, siendo una parte fundamental del mismo las grandes masas de perredeístas y peledeístas.

Hacia la construcción de una alternativa política y hacia una red de comunicación alternativa, que permitan romper el cerco y avanzar hacia la articulación de una nueva mayoría.

Todos los César Pérez del país, que son la parte sana y rebelde, debemos ponernos en eso. ¡Aprendamos del caso de Honduras!