Una de las metas que proclama nuestro sistema de salud es disminuir la alta tasa de mortalidad materna que registra el país. Sin embargo, ese mismo sistema es indiferente ante el uso abusivo del recurso de la cesárea, una cirugía que además de exponer la vida de la madre a riesgos evitables, tiene un alto costo. Se trata de un procedimiento que debería ser elegido cuando la embarazada no puede dar a luz por los medios naturales, pero que aquí se practica alegremente y hasta por elección de la parturienta.
Los especialistas Justo José Nicasio, de la maternidad Nuestra Señora de La Altagracia, Leonard Ziur, gerente de consulta de la maternidad San Lorenzo de Los Mina, y Ernesto Rodríguez, del hospital Cabral y Báez, de Santiago, expusieron para este diario las inconveniencias y riesgos que entraña la operación cesárea y las secuelas que se derivan de su repetición. Y cuestionan que no haya respeto por los protocolos que deben llenarse antes de decidir que un nacimiento se haga mediante este procedimiento.
El Ministerio de Salud Pública debe intervenir en esta cuestión, tanto por las implicaciones de carácter sanitario, como por razones éticas. Es más fácil y lucrativo acortar el tiempo del parto mediante cirugía, pasando por alto los peligros a que se expone a la mujer y su criatura. Hay que restarle precursores a la mortalidad materna.
El país debe exigir desagravio
Las investigaciones sobre corrupción en la venta de aviones Súper Tucano a nuestro país han empezado a arrojar confesiones. La firma Embraer, fabricante y vendedora de las naves, ha admitido pago de sobornos a funcionarios dominicanos y ha accedido a pagar multas y desagravios a Estados Unidos. El Estado dominicano, que ha sido víctima del escándalo y de una posible sobrevaloración de los aparatos, tiene perfecto derecho a reclamar desagravio o compensación por todo el daño que ha significado la turbia operación.
El caso amerita que expertos juristas analicen las implicaciones y el nivel de agravio para encaminar las debidas reclamaciones. Desde luego, todo esto sin desmedro de la acción judicial puesta en marcha contra quienes actuaron en contubernio con la firma aeronáutica brasileña.