Chanel presenta su nueva colección de moda en La Habana

Chanel presenta su nueva colección  de moda en La Habana

LA HABANA.-Acaudalados fashionistas y celebridades de varias partes del mundo atestaron la noche del martes un espléndido recinto colonial de La Habana transformado en una pasarela para la casa francesa de modas Chanel.

Con cientos de agentes de seguridad manteniendo a cubanos comunes atrás de líneas policiacas a cuadras de distancia, los actores Tilda Swinton y Vin Diesel, la supermodelo Gisele Bundchen y las estrellas de la música cubana Gente de Zona y Omara Portuondo observaban espigadas modelos pasearse por el paseo del Prado vistiendo ropa casual de verano que parecía inspirada en la elegancia Art Deco de la Cuba prerrevolucionaria.

Con el corazón de la capital cubana privatizado brevemente por una corporación internacional bajo la atenta mirada del Estado cubano, la presentación de la línea «cruise» Chanel 2016/2017 ofreció un espectáculo asombroso en un país consagrado oficialmente a la igualdad social y el rechazo a la riqueza material.

Chanel agradeció la oportunidad de mostrar sus creaciones en un sitio inusual. «Explorar nuevos horizontes es una manera de encender imaginaciones y renovar la visión de nuestra marca, compartiendo al mismo tiempo la cultura y herencia de los lugares elegidos para nuestros desfiles de moda», dijo la empresa en un comunicado.

El desfile de modas fue la manifestación más extrema hasta la fecha del nuevo estatus de moda que ha adoptado Cuba en la escena cultural y artística internacional desde la distensión con Estados Unidos declarada en diciembre de 2014.

El presidente Barack Obama realizó una visita en marzo, el grupo de rock Rolling Stones actuó en La Habana la misma semana, el lunes atracó un crucero estadounidense en la isla por primera vez en casi cuatro décadas, y se está filmando en la ciudad el nuevo episodio de la multimillonaria franquicia cinematográfica «Rápido y Furioso».

Muchos cubanos dicen que están encantados de que su país se esté abriendo al mundo, ofreciendo a la gente común un atisbo de primera mano a celebridades y superproducciones. Pero el vertiginoso despliegue de riqueza en las calles de La Habana está proporcionando material a muchos que ya estaban desencantados por lo que consideran las promesas incumplidas de una igualdad socialista sostenible en Cuba.

Mabel Fernández, una locutora de radio, llegó cuatro horas antes del inicio del desfile, ansiosa por mostrar a su hija de 14 años una probada de un mundo de moda internacional que la niña ha visto sólo en televisión y películas.

«Estamos muy carentes de este tipo de evento novedoso», comentó. «Que las personas conozcan más de la cultura».

Pero dado que la policía rodeó el área horas antes del espectáculo, prácticamente todos los residentes de la capital fueron colocados atrás de barricadas amarillas y líneas continuas de policías uniformados y vestidos de civil, al menos una cuadra antes de la sede del desfile de modas.

Reinaldo Fonseca, un modelo local, permaneció de pie junto a un grupo de amigos que igualmente están tratando de hacer una carrera en la moda y observaron mientras extranjeros ricos con invitaciones llegaban al evento en sedanes estadounidenses antiguos rentados especialmente para la ocasión.

«Es una lástima que no nos dejen pasar», dijo.

El espectáculo terminó con las modelos bailando por Prado al son de una banda afrocubana.

Después, los asistentes fueron trasladados en coches antiguos a la plaza de la Catedral en La Habana, una joya barroca del siglo XVIII transformada para servir de escenario a una fiesta con temática de playa, con un gran bar en una choza de estilo tropical y una pista de baile que cubría sus adoquines coloniales.

El director creativo de Chanel, Karl Lagerfeld, de 82 años, llegó en un Ford Fairlane de 1957 en color azul y crema, y avanzó con cuidado hasta la zona VIP, mientras su chaqueta de lentejuelas doradas reflejaba las luces de la pista de baile.

Las modelos bailaron en un breve concierto privado del dúo afrocubano Ibeyi, mientras las camareras entregaban aperitivos y cócteles a los asistentes.

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